El Madrid cierra la gira china con victoria ante los Ducks de Pekín

El baloncesto europeo lleva años circulando a la estela del bólido NBA. Levanta la vista y lo ve al final de la recta, cada vez un poquito más próximo, siempre como referente. Pero debe mirar por el retrovisor, porque por detrás viene pisando fuerte una Liga china que también apunta a la norteamericana. Lo vimos ayer en el Mastercard Center, en Pekín, donde cinco años atrás se disputó la final de los Juegos Olímpicos. Los Beijing Ducks (los Patos de Pekín), campeones de la CBA en 2012 y semifinalistas en la última campaña, ofrecieron un muy buen nivel ante el Real Madrid.

Ganó el equipo blanco sin tener su mejor día (86-92), pero tuvo que sudarlo. Caía incluso por seis (65-59) antes del final del tercer cuarto, en los mejores minutos del base Stephon Marbury, un all star NBA que se mantiene en buena forma y ha encontrado en el país asiático energía positiva para reactivar su carrera. Lleva cinco temporadas allí y, a sus 36 años, acaba de renovar con los Patos y quiere seguir al menos hasta los 40. Ante los blancos alcanzó los 25 puntos. A su lado, Randolph Morris (28 tantos), un pívot americano de 2,11 algo chupón, pero duro y con talento. Tanto que el Madrid lo tuvo en la agenda de futuribles hace unos meses.

Era un partido de exhibición, la gira mundial de la Euroliga, pero, como le pasa a la NBA cuando viene a Europa, no convenía perder. Laso rotó bastante, dio minutos a Dani Díez y a Mejri, que se entendió bien con Sergio Rodríguez, de nuevo de los mejores. Sirvió alley-oops para el tunecino —que también puso un tapón tremendo a Morris— y para Rudy. Vimos detalles de Carroll (14), de Darden (11), de Mirotic, de Bourousis (muy serio: 9 y 8 rebotes) y alternativas en defensa. La pretemporada.

Los blancos entraron en el cuarto decisivo perdiendo. Sin embargo, de ahí hasta el final firmaron sus mejores momentos: 31 puntos en diez minutos con protagonismo repartido y el sello de Sergio. Claudicaron Marbury, Morris y el ex de los Lakers Sun Yue. Pero China ya aparece en el retrovisor.

“En unos años podremos quitarle jugadores al Madrid y al Barcelona, por poner un ejemplo, el dinero no será un problema”, nos decía hace un año Min Lulei, el entrenador de los Beijing Ducks, cuando visitó Madrid. Grandes americanos, muy bien pagados, y jugadores locales que trabajan hasta la extenuación. Muy buenas sensaciones dejó el guerrero Li Gen. Tienen físico, altura y formación, les falta ser más creativos, sacar el talento, pero con 1.350 millones de habitantes no deben tardar. El potencial salta a la vista, pura matemática, y el trabajo en la base, como nos contó Min Lulei, ya ha comenzado.

El Real Madrid, por su parte, cierra una buena pretemporada con el título de la Supercopa y la victoria en China. Este sábado llegará a Madrid desde Pekín y el martes se estrena en la Liga Endesa ante el Valladolid en el Palacio de Deportes. El próximo viernes lo hará en la Euroliga (en Kaunas frente al Zalgiris) y el domingo recibe al Baskonia en la segunda jornada. Ha arrancado el tren y ya no parará hasta junio.