Era día de cruce de cuartos: el primer gran Día del Juicio en el Eurobasket. Y fue el de la redención o conversión de la España que había incurrido en la herejía de tres derrotas. Este Día del Juicio invirtió el rumbo del torneo. Tras destrozar a la joven Serbia del veterano técnico Ivkovic por 90-60,España se jugará mañana el pase a la final ante los atletas de la Francia que maneja Tony Parker: que alejaron a Eslovenia de su final (62-72, con 27 puntos del gran Parker). De Francia cabe decir que el equipo al que tiene más ganas de derrotar en este campeonato y en este planeta… se llama España.
La España que, ante la atónita Serbia y de la mano de Sergio Rodríguez, profeta barbudo de la velocidad y el ritmo, interpretó una redención o Conversión en toda regla, como si se tratara del Capítulo IX del Corán: conversión o reconversión a los principios del juego relampagueante, agresivo en defensa y veloz en transiciones que ha hecho ganar a esta Selección los dos anteriores Campeonatos de Europa y ya la coloca en ocho semifinales consecutivas.
No hubo partido, hubo masacre: como si España quisiera purgar pecados a sangre y fuego. Casi tres décadas después de los mejores años de la gran Yugoslavia, España era el cazador. Serbia, la presa: 21-5 en el primer cuarto, 48-23en el descanso tras triple de Pablo Aguilar sobre la sirena del intermedio. Y, con siete puntos en fila de Víctor Claver, el tercer cuarto estalló con un 10-0 de salida. Aplastamiento. Tortura para Serbia: 58-23, minuto 24. Con 69-29, apenas entrado el minuto 27, Marc Gasol pidió el cambio tras facturar siete puntos, cinco rebotes y seis asistencias en 22 minutos y en presencia de Big Brother Pau, que lo veía desde las alturas de un palco. Resultó abrumadora la sensación de control o impacto que Marc descargó y ejerció sobre el juego interior.
Al fin, 90-60, asombro general, humillación de unos miles de serbios y rendición del implacable Ivkovic, domado por los látigos, carreras y soflamas de velocidad y defensa que Sergio Rodríguez y Rudy Fernández lanzaban al aire otoñal de Liubliana. Con Calderón tocado en el hombro, el Chacho Rodríguez destapó una versión barbuda de Jason Williams, (Chocolate Blanco), jugó su mejor partido del año, desquició la cintura a Nedovic (que se va a Golden State Warriors)… y despidió el show con 22 puntos más cuatro asistencias. Rudy firmó 4/4 en triples, hasta completar 19 puntos. Mañana viene Francia, en semifinales, con Parker y el colmillo retorcido: no debería inquietar a la Selección de Orenga... si esta sigue por la senda de la redención.
