España cae en la prórroga y se enfrentará a Serbia en cuartos

El problema de España no es que la Italietta del tifoso­ juventino Simone Pianigiani se pareciera más o menos a la grandísima Nazionale de Marzorati, Meneghin y Villalta. El problema de España fueron sus propias decisiones e intenciones. Decisiones e intenciones que llevan a España a cruzarse mañana en cuartos con una Serbia brillante… e inexperta y alejan a la Selección de verle las orejas al lobo lituano que preside un tal Arvydas Romas Sabonis y que muerde con los colmillos de Kleiza, Valanciunas y Kuzminskas­: cuando uno se sube al lomo de un lobo y le lleva agarrado por las orejas, todo es posible. Pero lo bueno es lo más difícil.

Pese a 32 puntos y diez rebotes de Marc Gasol en 37 minutos de acción (plusmarca anotadora con la Selección), España se dejó coger por Italia, firmó un inestable 70-70 y, tras prórroga, cedió su tercera derrota en el Eurobasket. Derrota poco trascendente por la victoria anterior de Croacia, que eliminaba a Grecia y permitía elaborar a España e Italia sus propios planes: el 81-86 definitivo se produjo después de que España llegara a ir ganando por 60-45 en el minuto 32, tras parcial de 48-21 desde el 12-24. Al 60-45 se llegó gracias a Sergio Rodríguez (18 puntos, seis asistencias) y el colosal Marc Gasol: 15 puntos en el tercer cuarto. Ahí, la España de Orenga se dedicó a ensayar zonas, prescindió de Víctor Claver y no activó a Aguilar. Y la Italia de Pianigiani, casi en siniestro total, reapareció cogida de las manos cálidas de Alessandro Gentile (25 puntos), Pietro Aradori (17) y, en fin, Marco Belinelli: 16 tantos. Gigi Datome (11) facturó el 70-70 casi sobre la sirena del minuto 40. La prórroga perteneció a Italia: a quién iba a pertenecer­…

Así, España se medirá mañana con la Serbia de los explosivos exteriores Bogdanovic y Nedovic (rumbo a Golden State) y el veterano pívot Nenad Krstic, todos bajo la dirección del ilustre técnico Ivkovic. E Italia se va con la Lituania del colmillo retorcido. Llegados aquí, es de suponer que habrá tiempo para que Marc Gasol pueda demostrar sus talentos a la Lituania que preside Sabonis. Eso ya sería en la final. A lo mejor, los planes van por ahí. O a lo peor.