Orenga: "España es el mejor combinado, el rival a batir"

Tras varios meses ejerciendo de seleccionador ya trabaja como entrenador de España. ¿Qué sensaciones tiene?

Los meses de invierno han sido muy similares a los que había vivido como ayudante, aunque la responsabilidad ahora es directamente mía. Ha sido un tiempo bueno, muy fructífero. Ya tenía ganas de que empezara el trabajo con el grupo. Los primeros días están yendo muy bien.

¿Cómo ha encontrado a los jugadores?

Los tiempos en los que había que controlar el peso de los jugadores cuando empezaban las concentraciones han pasado. Ahora todos tienen sus preparadores y llegan perfectos, nadie viene fuera de forma. En cuanto a los ánimos, sólo hay que verles para darse cuenta de la ilusión que tienen.

¿Las bajas en el juego interior (Pau, Reyes e Ibaka) van a cambiar el juego de España?

Creo que el equipo está muy equilibrado. Marc será la pieza sobre la que gire todo, pero no porque el peso ofensivo sea sólo para él, sino porque es el que hace que las cosas funcionen. A su lado tiene pívots que han alcanzado su madurez, como Germán Gabriel; dos cuatros, casi treses, Aguilar y Claver, que pueden abrir el campo; y está Xavi Rey, un cinco puro que puede darle descanso e incluso jugar junto a él.

¿La ausencia de Navarro le parece la más sensible?

La noticia más importante de esta lista fue que Navarro no estaría en ella. Pau ha faltado alguna vez, Felipe anunció que quería descansar pero Navarro siempre ha estado y quería estar. Si hubiera podido, habría venido. Es el jugador diferencial, el capitán del equipo. Le echaremos de menos.

Por estas ausencias, otros van a tener más minutos, como Claver. ¿Se les va a pedir que den un paso adelante?

No voy a exigírselo yo, lo harán ellos mismos. Yo veré lo que puedo pedirles, pero los entrenadores sólo abrimos o cerramos las puertas. En el caso de Claver, tuvo menos opciones de expresarse porque tenía cuatro jugadores por delante. Ahora su exigencia es máxima y tiene mucha ilusión por hacerlo bien. Va a tener la oportunidad. En los entrenamientos se nota el año que ha pasado en Portland.

La amenaza exterior del equipo es enorme, casi todos los jugadores tiran bien...

Ese regalo no lo hubiéramos podido abrir de no tener un referente interior como Marc Gasol, que haga que las defensas se fijen en él. Los exteriores lo hubieran tenido más difícil para generar sus tiros. Este equilibrio hace que el perímetro sea muy ofensivo. La primera decisión importante fue ver si contábamos con tres o con cuatro bases. Los cuatro que hemos llamado son de primer nivel.

¿Marc va a ser el líder de esta Selección?

Los líderes no los marca el entrenador, los elige el grupo y los liderazgos y los roles ya están muy bien definidos. Hay jugadores muy importantes. Marc va a ser fundamental, aunque pasa igual con Rudy, Ricky, Calderón, Sergio Él es distinto a todos, pero habrá otros que también ganen partidos.

¿Poder contar con Germán Gabriel ha sido una satis­facción personal para usted?

Es el jugador que siempre ha estado, pero que no ha tenido sitio porque en su puesto competía con fueras de serie. Germán fue el líder interior de la maravillosa generación del 80, pero luego su evolución no le permitió seguir el ritmo de los demás. Ha hecho un cambio de alimentación, de preparación física y de mentalidad que le han convertido en un jugador determinante. Está disfrutando como un niño y contagia su ilusión.

¿Qué espera de Mumbrú?

Es un jugador muy competitivo. Después de Turquía acabó cansado, el resultado de aquel Mundial, que no fue bueno, quizá le desanimó pero yo necesitaba un tres de sus características, que tire, que sepa postear, y por eso le llamé. Él no lo dudó y me dijo: "Quiero volver". Sigue jugando a un nivel muy alto y nos va ayudar mucho por su edad y su saber hacer.

Ricky también vuelve, ¿puede ser su campeonato?

No soy partidario de meter presión. El que gana o pierde es el equipo, y los jugadores pueden tener altibajos. Lo cierto es que está mejor que antes de su lesión. Físicamente es más fuerte y su juego es más sólido.

Ya se conocen parte de las plantillas del Europeo. ¿Rivales a batir?

Hay una serie de selecciones complicadas: Grecia, Turquía, Rusia, Serbia, Croacia, Eslovenia, Italia, Lituania, Montenegro, Macedonia La complicación de un Europeo es que de los 24 equipos, 20 pueden darte un disgusto y 10 compiten por las medallas.

¿El título está más abierto por las bajas de España?

Si me dieran a elegir una selección a la que entrenar, me quedaría siempre con la mía, a años luz de las demás. España es el mejor equipo y el rival a batir. Todos nos tienen ganas. Eso es un aliciente para los jugadores, que están aquí porque creen que pueden ganar.

¿Qué tal lleva usted la presión que conlleva su cargo?

Cuando jugaba sabía manejar los altibajos, las críticas Como ayudante de la absoluta y entrenador de categorías de formación ya aprendí a llevarlo bien. Ahora los medios estarán pendientes de mí y estaré más expuesto a las críticas. Pero no me obsesionaré con ellas.

Ha recordado su trabajo con los más jóvenes. ¿Cree que hay relevo garantizado?

Se ha ido haciendo sin darnos cuenta. Sólo hay tres jugadores, Mumbrú, Germán y Calderón, de más de 30 años, y muchos tienen menos de 25 y ya gozan de peso en el equipo. Por detrás vienen campeones y medallistas. ¿Qué nos falta? Que aparezca un jugador de 2,15 en nuestra cantera que marque diferencias.

¿Qué le parece que algunos chavales completen su formación en Estados Unidos?

Es positivo si van a allí y juegan, porque a nivel táctico en Europa seguimos formando mejor a los jugadores. En Estados Unidos pueden compaginar los estudios con el baloncesto. Si aquí pudieran hacerlo, no se irían. Ahora empiezan a aparecer universidades en España que ofrecen esa posibilidad.

Por curiosidad. Ante las renuncias de Mirotic e Ibaka, ¿no pensó en contar con otro nacionalizado como Oleson?

Brad Oleson es un gran jugador, pero que alguien me diga a quién quitaba para meterle a él. En las posiciones exteriores no teníamos carencias.