ESPAÑA 66 - MONTENEGRO 50
La Selección también gana en la fiesta de Amaya Valdemoro
Se impuso a Montenegro en el partido 254 de la alero, que se convierte en la jugadora española con más internacionalidades. Lyttle, de nuevo, decisiva: 21 puntos y 11 rebotes.
A 2:29 para finalizar el primer cuarto Amaya Valdemoro agrandaba un poquito más su leyenda. La alero madrileña se convertía en la jugadora con más internacionalidades. 254 partidos, 18 años en la Selección en los que ha habido de todo: alegrías, decepciones… y, sobre todo, éxitos, muchos éxitos. La embajadora del baloncesto femenino se retirará después de este campeonato y lo hará con un palmarés envidiable: con cuatro medallas en Europeos y un bronce mundial. Hasta el momento, porque España ha hecho los deberes, tendrá un rival más asequible en cuartos y nadie duda de que el 30 de junio Valdemoro puede decir adiós de la mejor manera posible, con algo colgado al cuello.
Una tarde más, la Selección volvió a hacerse grande en la pintura. De los 18 puntos que anotó en ese primer asalto, doce fueron de sus pívots. El campeonato de Sancho Lyttle está siendo para enmarcar. Su tiro de cinco metros está haciendo muchísimo daño y sus interminables brazos la colocan como una de las mejores defensoras de este Eurobasket (cuatro robos ante Montenegro y 2,4 por partido). Dubljevic, máxima anotadora del torneo, lo comprobó en sus propias carnes. La ala-pívot montenegrina se fue al descanso con sólo tres puntitos en su casillero (1 de 5 en tiros). Si Montenegro llegó con vida al descanso fue por el dominio en el rebote (23 por 11 de las españolas) y por las segundas opciones (diez rechaces ofensivos). Pero eso se acabó tras el descanso. Lyttle siguió engordando estadísticas —tercer doble doble para la caribeña en este campeonato con 21 puntos y 11 rebotes— y Elisa Aguilar desatascó el juego de España con nueve puntos.
En su partido 254, Amaya firmó sus peores números en este campeonato: dos puntos con 0 de 7 en tiros. Pero no importaba. El lunes será el 255 ante Turquía y éste tiene un gran premio: unos cruces sin Francia hasta la hipotética final.