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SELECCIÓN FEMENINA

Valdemoro: "El Eurobasket de Francia va a ser el más especial"

La alero de Alcobendas y Elisa Aguilar pondrán fin en el Europeo a 18 años con la Selección. "Es la hora de dejar paso a las más jóvenes", dice la base madrileña.

Elisa Aguilar y Amaya Valdemoro preparan el Eurobasket de Francia, que será el último en su exitosa carrera.
FEB/Alberto Nevado

El Eurobasket de Francia servirá de punto final para la carrera de dos madrileñas que han vivido en primera persona los grandes éxitos del baloncesto femenino español. Son Amaya Valdemoro y Elisa Aguilar. “Va a ser el campeonato más especial”, dice Amaya que, a punto de cumplir 37 años, se retirará tras el Europeo. “Yo no sé que haré, pero sí cierro mi etapa con la Selección. Hay que dar paso a las más jóvenes”, responde Elisa.

Una vida compartida de éxitos

Amaya y Elisa han vivido gran parte de sus éxitos juntas, tanto en la Selección como en el baloncesto de clubes, donde ganaron Ligas, Copas y Supercopas con el poderoso Ros y estrenaron contra pronóstico el palmarés del Rivas con la Copa del 2011. Pero uno de los momentos más especiales que han compartido fueron los Juegos de Atenas, los primeros en los que la Selección femenina se ganaba en la pista el derecho a estar allí. “Aún lo recordamos y comentamos a veces. Estar esperando, oír Spain y desfilar en un estadio repleto. Fue fantástico”. También destacan otros dos logros: la plata de 2007 y el bronce mundial.

El palmarés de ambas da vértigo. En todos los Europeos del siglo XXI, salvo en el de Polonia 2011, han subido al podio. Una plata (en Italia 2007) y cuatro bronces para un equipo que en la cita continental polaca llegó como uno de los grandes favoritos, pero se fue con las manos vacías: noveno, sin Juegos Olímpicos y con un mal sabor de boca. Todo un palo. “Llevo 18 años en la Selección y nunca tuvimos un equipo tan bueno como en aquel Eurobasket. Tampoco es que fuéramos de sobradas, pero no supimos competir”, cuenta Aguilar, que no quiere pensar en medallas. Su objetivo en Francia es otro: clasificar al equipo para el Mundial de Turquía del próximo año y recuperar las sensaciones. “Nunca hemos sido ni las más altas ni las más talentosas, pero sí teníamos algo especial. Debemos recuperar eso que perdimos los dos últimos veranos, el ser unas auténticas guerreras”. “Debemos volver a nuestras raíces”, insiste Amaya.

Las medallas están caras, pero si España recupera su esencia, no imposibles. Sería el mejor broche para la carrera de dos jugadoras de 24 kilates, a las que el oro se les ha negado. Por ahora. Veremos qué depara el Europeo de Francia.