CSKA 74-BARCELONA 73
Cruel final para el Barcelona
El Barcelona desperdició la última posesión y termina cuarto en la Final Four de Londres. Lo mejor, la segunda parte de Navarro y los destellos de los jóvenes: Abrines y Todorovic.
A menos de ocho minutos para el cierre de su semifinal ante el Real Madrid, el Barcelona ganaba 61-52 y oteaba la gran final. Menos de 48 horas después llevaba jugados seis minutos de ese congelador que es el partido para el tercer y cuarto puesto y perdía 11-2; Sin canastas en juego, con tres pérdidas y un miserable 2/6 en tiros libres. No quedará Londres ni este fin de semana en la leyenda de este Barcelona que, no hay que olvidarlo, ha estado más veces que nadie en la Final Four, incluidas cuatro de las cinco últimas. No se puede cuestionar que el proyecto es un transatlántico. Tampoco que necesita tapar unas cuantas vías de aguas para volver y ser mejor. Eso, en definitiva, es lo que hacen los equipos grandes.
Estos partidos de consolación que apenas aportan consuelo siguen existiendo a pesar de que su única función es alimentar debates cíclicos sobre su utilidad, ninguna, o su interés, escaso. Bajo cero, con la melancolía haciendo crujir el parquet y con las gradas vacías, más en este lujoso O2 que se alza en Londres, una ciudad en la que el baloncesto es algo exótico. Como mínimo. Así que el partido de la triste figura apenas resonó cuando irrumpieron, en la segunda parte y a casi dos horas de la final, las hordas de Olympiacos. Y sólo se animó, también suele pasar, en los minutos finales, cuando los dos equipos se dan cuenta de que al fin y al cabo están jugando un partido y lo quieren ganar.
Así que el intercambio final fue intenso hasta la última bola, perdida en el trayecto entre la pizarra y la pista y mal finalizada por Marcelinho para echar una última pizca de sal a la herida del Barcelona, que salió del citado 11-2 hasta el empate a 35 del descanso y que se repuso a un 13-0 en el inicio del tercer cuarto (48-35) y llegó por delante al último minuto (72-73). Después Jackson metió dos tiros libres y el Barcelona envío al limbo el triunfo que sólo es el de la honra por el tópico. En ese segundo tiempo tuvieron cierta incidencia un Lorbek cuya mala y descuidada temporada ha desembocado en esta desastrosa Final Four, y un Navarro que no anotó hasta el descanso y que después se hartó de los retos de playground de Weems y enlazó 17 puntos y cinco triples de seis intentos para llevar al Barcelona vivo hasta el último segundo.
En realidad, y en este fin de semana negro que además se ha cobrado la baja para toda la temporada de Jawai, lo mejor que saca el Barcelona es la certeza de que no puede permitirse el actual estado de forma de Lorbek o un exceso de peso específico de algunos jugadores, Ingles el caso más obvio. Eso y la aportación de los jóvenes. Mbaye tuvo minutos y dejaron destellos Abrines y sobre todo Todorovic, cuyo futuro se transforma en presente a pasos agigantados: 20 de valoración ante un CSKA en el que anotaron Khryapa y Weems y en el que Jackson sacó al equipo de la desidia pegajosa con al que le dirigía Teodosic. Nada más. Cara de circunstancias de Pascual, cara de circunstancias de Messina y billetes de vuelta para Moscú y Barcelona, dos plazas fuertes del baloncesto europeo donde seguramente ya se cartografía el plan de regreso: volver y ser mejor, eso hacen al fin y al cabo los grandes equipos.