No habrá quinto partido en Moscú. El Caja Laboral se unió de nuevo con una caldera en combustión llamada Buesa Arena, pero la mejor predisposición del CSKA, muy diferente a la versión pálida del miércoles, y errores arbitrales de bulto contra los de casa, que desquiciaron a todos, cerraron la puerta a ese desempate al que llevó el Efes al Olympiacos en el otro partido de cuartos. Messina maneja los tiempos a su antojo. Controla el club y su entorno y ya no es ese entrenador desatado que residía en el banquillo del Madrid. Introdujo muchas variantes tácticas en un partido de pizarras. Empezó con Jackson de base y Teodosic de escolta para igualar el frenesí que andaba proponiendo su enemigo. Y puso a Khryapa de cuatro en lugar de tres para tener una gestión superior de los espacios. Tabak tampoco se quedó corto y empleó a Heurtel de escolta y envió a sus tropas a una zona que zancadilleó las florituras del coloso. Los dos primeros cuartos no eran hermanos, desde luego. El primero fue precioso, con alto voltaje y anotación rápida. El CSKA marchaba por delante (20-22) en una gloria de noche, plena de intensidad y con cepos en cada metro de parquet. Y en el segundo Messina metió un palo en las ruedas baskonistas. El 34-41 tras un 0-5 de parcial iba asfaltando una resolución rusa . La paciencia se acabó poco después. El punto de inflexión llegó una vez más con un gesto inapropiado de Nocioni. A los tres minutos del tercer acto, el Chapu cometió una personal y elevó los brazos para protestar , lo que fue castigado con técnica, su cuarta falta . Cuatro tiros libres, aprovechado a medias por los rusos, la jugada posterior y otra más adelante tras un error vitoriano, cuajaron un parcial de 4-20: del 34-32 al 38-52 . El equipo se dejó el alma y guardó las espadas en torno a una defensa en zona. Messina reaccionó inmediatamente con tres bases. Papaloukas, Teodosic y Jackson. Los árbitros tomaron todo el protagonismo a una bella e intensa batalla. El Baskonia sacó la raza pero le cortaron sus alas de reacción a cada paso. Primero con una técnica a Tabak en un instante inadecuado, cuando olfateaba la épica con 64-72 a falta de siete minutos . Luego explotó el Buesa, cuando Nocioni trataba de cortar a su par en medio campo y, sin percatarse de la proximidad de Teodosic a su espalda, abrió el brazo para cerrar el pasillo y golpeó en la cara al base serbio. Le cayó una antideportiva, la quinta falta. Empezaron a caer objetos en el coliseo baskonista. Pese a todo, los locales siguieron empujando en busca de un imposible. Heurtel empezó a morder el milagro y el 82-85 a falta de 1:13 hizo olvidar toda la guerra anterior. Pero Teodosic heló las llamas con un triplazo. Luego cayó una técnica a San Emeterio para añadir más leña al fuego y el partido acabó con el público indignado. Un objeto impactó en uno de los asistentes de Messina cuando se retiraba a vestuarios. “Cuando te roban así te hundes”, señaló el capitán, San Emeterio. Y rompió a llorar. Habrá multa al Baskonia y éste medita seriamente elevar una protesta formal a la Euroliga.