NCAA | FINAL FOUR EN ATLANTA
Un tercer título para Louisville y el segundo para Rick Pitino
Rick Pitino, quien ya había sido campeón con Kentucky en 1996, se convierte en el primer entrenador que gana dos títulos de la NCAA con diferentes equipos.
Fue un acto simbólico de justicia: cuatro tiros libres distribuidos equitativamente entre Luke Hancock y Peyton Siva, los dos mejores jugadores de la final, sellaron el tercer título nacional de los Cardinals de Louisville y el segundo de su entrenador, Rick Pitino, quien ya había sido campeón con Kentucky, en 1996. Pitino, que ha entrenado en la NBA a Celtics y Knicks y es propietario de varios caballos de carrera, se convierte en el primer entrenador que gana dos títulos de la NCAA con diferentes equipos... en el mismo día en que había quedado confirmada su ascensión al Salón de la Fama, junto a Bernard King y Gary Payton.
Con el 82-76 final ante los Wolverines de Michigan, Louisville, primer cabeza de serie del torneo de la NCAA, alza su tercer título desde los dos conseguidos en la época dorada de Denny Crum: 1980, 86. Luke Hancock (Roanoke, Virginia, 1,98 de altura) llegó a Louisville transferido desde George Mason y es un jugador que recuerda bastante a Kevin Love, el ‘AllStar’ de los Minnesota Timberwolves. El multitatuado Siva (1,83) nació en Seattle y tiene ciertas cosas de Allen Iverson. Una de las cimas de la exhibición de Siva fue un pase en ‘lob’ para que el ‘freshman’ Montrezl Harrell machacara salvajemente el aro de Michigan en los segundos finales de la primera parte. Pero el Trofeo al Jugador Más Sobresaliente (MOP, Most Outstanding Player en la NCAA) fue a parar a manos de Hancock, autor de 22 puntos para los Cardinals, con 5/5 en triples. La sangre fría y la mano cálida de Hancock también habían resultado decisivas en la remontada ‘cardinal’ de la semifinal ante Wichita State.
Ante 74.326 espectadores en el colosal Georgia Dome de Atlanta, nuevo récord en una final de la NCAA, el equipo dirigido por el singular Pitino, primer cabeza de serie del torneo, confirmó su favoritismo con los 22 puntos del extraordinario Hancock… y 18 (más seis rebotes y cinco asistencias) del espectacular Siva, el base de origen samoano que en 2005 impidió el suicidio de su alcoholizado padre, Peyton Siva Sr. (‘Pey Pey’) en el suburbio de South Seattle. “Antes que nada quiero dar gracias a Jesucristo, Nuestro Señor y Salvador”, fueron las primeras palabras del base ‘cardinal’ después del éxito. Nada pudieron hacer desde las tribunas aquellos ‘Fab Five’ del Michigan de los años 90: Jalen Rose, Jimmy King, Juwan Howard, Chris Webber, Ray Jackson… todos ataviados de acuerdo a la ocasión.
Al fin, la danza samoana de Peyton ‘Pey Pey’ Siva Sr. al borde de la pista del Georgia Dome fue uno de los grandes ‘shows’ de la gran noche final de la NCAA. Siva Sr. iba vestido con una camiseta sin mangas en homenaje al lesionado Kevin Ware, cuya espectacular fractura en la pierna disparó la motivación y la emoción de los Cardinals. Con la misma determinación que en 2005 hizo que su padre arrojara la pistola con la que tenía pensado cometer suicidio, Siva volcó en su favor el pulso con Trey Burke, la gran estrella de Michigan y decantó la final en los instantes decisivos de segunda parte, pese a los 24 puntos de Burke. Un soberbio tapón de Burke sobre Siva fue considerado falta personal. Al descanso se había llegado con 37-38 para Michigan gracias a la sensacional primera parte del base Spike Albrecht, con 4/4 en triples: Albrecht promediaba 1,8 puntos hasta llegar a Atlanta, acabó la final con 17 y sólo el esfuerzo de Hancock, (17 puntos antes del descanso), evitó la escapada de Michigan. En las zonas, Gorgui Dieng (ocho puntos), el pívot senegalés de Pitino, se alzaba como un muro móvil que impidió al 'wolverine' ‘Magic’ Mitch McGary repetir su excelente semifinal ante Syracuse, Dieng, de 2,11 de altura, escasamente habla inglés. Pero esta vez, McGary sólo pudo aportar seis puntos a los Wolverines. A 3:20 del final, el quinto triple de Hancock, desde la esquina, imponía un 76-66 que ya tenía difícil remedio para Michigan. A 29 segundos del desenlace, los dos últimos tiros libres de Hancock estamparon el 82-76 definitivo. Noche histórica para Louisville, para Hancock, Siva y, naturalmente, una más para Rick Pitino. 'Play it again', Rick. Tócala otra vez, Rick...