LIGA ENDESA | CAI - R. MADRID
Begic y Suárez dan un paso al frente y sacan al líder del bache
Tras tres derrotas seguidas del Madrid, el pívot firmó su mejor partido desde que llegó (20 puntos) y el alero resultó clave al final con tres triples sin fallo. El CAI se lo puso difícil.
Un partido intrascendente en la clasificación para el Madrid, que no para el CAI, se convirtió en una de las pruebas más importantes del año para el líder liguero. Cosas del deporte, de una mala racha, de un bajón en el juego que le había llevado a perder sus tres últimos encuentros, los tres en casa. Esperaba Zaragoza con el metro en la mano para medir el calado del bache; respondió el Madrid. Se rescató. Paso al frente de Begic y de Suárez, de un equipo ganador que había perdido parte de la confianza almacenada; pero que resolvió cuando peor lo tenía. Recuperó la puntería en el triple casi bajo la línea de meta. Aún mantiene dudas, claro, los baches no duran una semana, y los exámenes vienen muy seguidos: el siguiente, el próximo jueves en Moscú ante el CSKA, aunque eso será otro día y a otra hora (17:45).
Para empezar el duelo, buenas noticias para el CAI. El Madrid, como en sus tres tropiezos anteriores, seguía fallando los triples, una tras otro (1 de 12 al descanso). Rudy necesitó de hasta tres intentos en la misma jugada para encestar el primero. Pero al mal tiempo, buena cara. La de Begic. En los 13:59 que estuvo en pista en la primera parte, el bosnio-esloveno ya había firmado el mejor partido desde que llegara a España hace más de dos años. Indefendible cerca del aro: 18 puntos (20 al final), 4 rebotes y 20 de valoración. Imparable en el uno contra uno al poste frente a Jones o ante Norel, en la continuación y en los tiros libres. Lo hacía todo bien, todo lo que él sabe hacer. Sin florituras, sin encogerse, sin miedo. A veces, no hay como verle las orejas al lobo -o ver al lobo entero- para soltarse. Y no fue una gota en el océano, porque ante el Panathinaikos también mostró un nivel alto.
No había triples, no había perímetro; pero sí alternativas. Begic y sus puntos, las entradas de Rudy terminadas en mate y, sobre todo, los rechaces ofensivos, esas canastas tras arrasar en el rebote. Quince tantos llegaron por ahí contra ninguno del CAI al término del segundo cuarto. Un abismo que daba aire al Madrid, con ventajas próximas a los diez puntos. Que fueron once en la reanudación: 32-43.
Los 18 puntos iniciales del equipo maño los habían firmado entre Norel y Roll, pero sus mejores minutos llegaron con Rudez arreando, un alero de 2,05 todoterreno, capaz de aportar un poquito por aquí y por allá (54-56). El duelo era ya algo serio. Restaban doce minutos, lo que dura un cuarto NBA, para ver quién quedaba en pie. El asalto final.
El Madrid se atascaba sin Begic (Hettsheimeir, cuatro faltas en 2:48). Ansioso en lo individual; y lo que es aún peor, mal en defensa: 27 puntos encajados en el tercer periodo. El CAI tenía su oportunidad. El último cuarto, sin embargo, fue otra cosa. Los de Laso cambiaron el paso atrás y, con la soga al cuello (64-61), bajo el sol que más calienta, recuperaron el temple y el acierto de sus tiradores. Magnífico Reyes y muy completo Rudy. Buena noticia para la Euroliga, para las dos próximas jornadas del Top-16. Cuatro triples consecutivos, tres de Suárez, rompieron la muralla.
Destacaron Begic y Suárez, mucho. ¿Ver para creer? No, en un equipo grande no hay jugadores malos. Hay rachas, momentos de forma y confianza, y estilos de juego. El Madrid necesitaba ganar, y ganó. Llueve menos.