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REAL MADRID 73-PANATHINAIKOS 74

El Madrid cae ante Panathinaikos y suma ya tres derrotas seguidas

Los blancos lograron la clasificación para cuartos por el traspié del Unicaja, pero se complican el liderato. Empatan con el CSKA y el Efes, sus dos últimos rivales en el Top-16.

Dimitris Diamantidis lanza a canasta tras superar a Slaughter.
Dimitris Diamantidis lanza a canasta tras superar a Slaughter.CURTO DE LA TORRE (AFP)

No todos los años se juegan los cuartos de final de la Euroliga, de la Champions... El Madrid lo acaba de lograr matemáticamente pese a la derrota, porque el Unicaja también cayó. Pero el equipo blanco tiene miras más altas y el traspié ante el Panathinaikos supone un serio revés. El liderato es ahora cosa de tres, triple empate en cabeza con el CSKA y el Efes, los dos próximos rivales madridistas. El objetivo es Londres, la Final Four, y para ello resultará clave acabar primero o segundo. Ganar en Moscú el próximo jueves o al Efes en el Palacio. No hay otra, el mayor reto en el peor momento, en pleno bache, ahora más profundo tras el tercer resbalón seguido.

No sé si las derrotas enseñan, como afirmaba Laso en la previa, lo que es seguro es que te cambian. Dan tensión y concentración, pero restan confianza, reducen la espontaneidad y generan dudas. Quizá por eso vimos al Madrid de salida combatiendo contra sus miserias, pasando la aspiradora debajo de la alfombra, haciendo hincapié en sus puntos débiles para corregirlos. Defendió con más intensidad, metió balones dentro para Begic, con Rudy buscándole en el bloqueo y continuación, jugando más en estático ante un Panathinaikos que no ayuda a correr. Menos creatividad, menos acierto (0 de 6 en triples al descanso, 2 de 17 al final) y más oficio (35 tiros libres forzados). Si Begic aportara como este jueves, las críticas serían otras, pese a sus fallos en los tiros libres. Buscó el aro cuando debía, reboteó y taponó. Sin alardes, lo necesario.

Y volvió Rudy, dos robos y dos canastas al contragolpe para abrir el partido. Recuperaciones, pases, actividad atrás… Rudy aporta mucho más que puntos; le pierde ese tic que ha adquirido de lanzar de tres echándose hacia atrás aun cuando está solo (1 de 6). Había duelo ofensivo entre Sergio Rodríguez y Diamantidis. Mandaba el Panathinaikos (29-36) ante un Madrid con la muñeca oprimida. Sus triples marrados hacían de menos el buen trabajo general en un partido pastoso, como harina en aceite.

Este PAO no es el de Obradovic, pero mantiene hechuras de Final Four. Maneja bien los pequeños detalles, cosas propias de quien ha sido campeón. Como Diamantidis, genial, como Tsartsaris. El Madrid ya había demostrado capacidad para saltar muros así; esta vez, sin embargo, se rasgó las vestiduras. Jirón y grande. Tercera derrota seguida, la más lógica de las tres, la más dañina también. Hasta Begic estropeó su buena labor con una pérdida infantil en el último minuto. Todo se decidió con un carrusel de tiros libres, con los de Laso a remolque en un final flojo, al contrario de lo que acostumbran. Con Rudy y Llull forzando en exceso, con Sergio en el banco. Y todo después de haber encauzado el duelo en el tercer cuarto (53-46). Un triple de Ukic sobre la bocina de ese periodo y la pujanza de los verdes en el arranque del cuarto cambió el decorado. El Madrid pasó a ir a remolque y no se encontró, se le vio acobardado, le faltó seguridad en sus fuerzas como antaño. Precisión e instinto letal.