El Rivas de Aneika Henry se corona campeón copero

El Rivas Ecópolis se ha convertido en un especialista en partidos decisivos. Su historia es breve, pero con capítulos importantes. En 2010 el equipo tiró la casa por la ventana. Quería ser un grande y para ello necesitaba la veteranía de dos jugadoras que lo han supuesto todo en España: Amaya Valdemoro y Elisa Aguilar. En la presentación del equipo el alcalde echó un órdago: "Vamos a ganar la Copa". Y dicho y hecho. Contra todo pronóstico lo harían, batiendo al Ros Casares en su final. Pero la historia del equipo traspasaba fronteras. A la Final a Ocho de Estambul del pasado marzo llegaron con la papeleta de cenicienta. El grupo tampoco ayudaba con los dos gigantes turcos, el Fenerbahçe y el Galatasaray, como rivales. Pero el equipo ripense dio un paso adelante, se plantó en la final e incluso rozó la corona europea con los dedos ante el ogro Ros.

Este año la crisis les ha influido como a todos. Disminuyó algo su presupuesto, pero el objetivo era más ambicioso que nunca: pelear por todos los títulos y ganar alguno. En Europa rozaron la Final a Ocho tras forzar una prórroga ante el Schio italiano y en la Liga Femenina protagonizaron una primera vuelta perfecta, sin ninguna muesca. La Copa de la Reina era su primera final.

Si en semifinales el Rivas comenzó con nervios, en la final estos no aparecieron. Las de Miguel Méndez comenzaron mucho más entonadas, sobre todo, desde la línea de 6,75: con cuatro de cuatro en triples. La apuesta por su alero fue clara. Los mejores minutos del Rivas llegaron con Kurasova, que al descanso llevaba ya once puntos.

El Avenida, en cambio, no se sentía cómodo, jugaba a rachas, sobreviviendo gracias a sus individualidades. En plena caraja irrumpió un pequeño genio, Laura Antoja. La base catalana protagonizó un parcial de 0-7, que devolvía la ventaja al equipo charro (38-39, min. 19). Fue un punto de luz entre las tinieblas, las que poblaron el juego del equipo salmantino en el tercer cuarto. Porque el Avenida se desplomó. El Rivas pudo matar el partido tras un parcial de 10-0, pero no lo hizo.

En el último cuarto la ventaja ripense no hizo más que aumentar (73-55, min. 36), con aportación de todas: buenos minutos de Queralt Casas y dominio en la pintura de Henry, la MVP con 17 puntos y once rebotes. "Hay que hacer un esfuerzo de cinco minutos", les pedía Víctor Lapeña a sus jugadoras. Pero el equipo pudo con las indIvidualides y el Rivas escribió un nuevo capítulo en su historia. Objetivo cumplido.