Carl English
"Me refugié en el basket para superar mi tragedia"
La vida de English no ha sido fácil: perdió a sus padres cuando era niño, después a su tío; no fue elegido en el draft cuando le colocaban en primera ronda... pero ahora el máximo anotador de la Liga Endesa sonríe en el Estu y reta al Madrid antes del derbi.
Mañana se mide al Madrid, ¿cómo se siente?
Entusiasmado. Recuerdo estar viendo con Jasen el derbi la temporada pasada. Creo que éste es uno de los grandes partidos de la Liga Endesa.
¿Cuál será la clave?
La defensa. Son un equipo muy ofensivo, en el que todos tienen capacidad anotadora.
Uno de ellos es Carroll, su sustituto en el Gran Canaria.
Es un anotador increíble y es capaz de sentenciarte en dos minutos. Con él no te puedes relajar. Ésa es la razón por la que el Madrid le fichó.
¿Recuerda un partido suyo como el del Obradoiro (39 puntos con 8 de 11 en triples)?
No, desde la Universidad... Creo que es mi mayor anotación siendo profesional, pero también me alegro de que lo hiciera en un partido importante y que nos acerca un poquito más al sueño de la Copa del Rey.
¿Es verdad que en el colegio promediaba 50 puntos?
Era de un pueblo muy pequeño y anotaba muchísimos puntos; 50, 60 e incluso más... Era el único chico que jugaba.
En cambio, la temporada pasada promedió 7,6 en Sevilla.
Me faltaron oportunidades. Mi rol era diferente y no jugaba mucho; unos 15 minutos. No podía hacer demasiado.
Ojeda (director deportivo del Estudiantes) no entendía cómo otros equipos no intentaron ficharle este verano.
Seguramente el resto sólo veían mi paso por el Cajasol y no recordaban mi trayectoria anterior. Cuando Himar me llamó me puse muy contento porque quería quedarme en España.
Ahora promedia 20,2, ¿terminará como mejor anotador?
Queda mucho, pero estoy ayudando al equipo, que es lo importante. Ahora estoy muy enchufado... ¿Quién sabe?
Sus primeras canastas fueron en la carretera.
Mi pueblo era pequeño; éramos 20 habitantes y teníamos el colegio a 20 minutos. Construimos una canasta en la carretera, que era el único sitio asfaltado. Cuando venía un coche parábamos.
Su infancia fue difícil; perdió a sus padres en un incendio y después a su tío. ¿Fue el baloncesto una válvula de escape?
Tenía cinco años, la edad de mi hijo, así que no recuerdo mucho. Sí recuerdo cuando tenía diez, doce, 15... y mis padres no estaban. Prefería no pensar en ello y refugiarme en el baloncesto, así que sí, el baloncesto me ayudó a seguir adelante.
No salir elegido en el draft, cuando las previsiones le colocaban en primera ronda, fue un mazazo. ¿La NBA es aún un sueño?
Siempre ha sido un sueño para mí, desde niño, pero no sé si ahora es una opción. Puede que hace cinco años sí, pero ahora...
¿Su mejor momento?
Pasé muy buenos momentos en la Universidad, cuando fuimos al torneo de la conferencia y fui el MVP.
¿Y el más difícil?
La lesión en Badalona. Estaba jugando muy bien y nos habíamos clasificado para la Copa. Fue un palo.