El Madrid dispara con balas de otro calibre
El Unicaja no dio la campanada en el Palacio, pero la primera jornada fue movidita. Hazaña del Blancos de Rueda en el Palau y traspié del Caja Laboral en Zaragoza. El Valencia arranca fuerte y el Estu, también. El inicio liguero más anotador en cinco años.


Volvió Rudy (bien, como acostumbra: si no anota; participa, defiende, pasa...) y el Madrid sacó de paseo el trofeo de la Supercopa en un Palacio que parece eterno. Nadie se acuerda ya de la Caja Mágica, pero sólo van unos meses desde la mudanza definitiva. Pese a la coincidencia con el fútbol del Bernabéu, de la que se quejó un sector de la grada con dos pancartas, la afición cumplió: 7.269 espectadores. Ya en la pista, no vimos un brillante espectáculo, pero sí dos equipos de enorme potencial.
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La sombra de la pretemporada es alargada y el duelo fue arrítmico. Detalles de clase de Zoric y una racha de aciertos alzaron al Unicaja (26-31). Nada significativo. Laso y Repesa le daban a la rotación con gusto y el Madrid dejó para el tercer cuarto su primer estirón: 57-43 después de los triples de Rudy, Llull y Sergio Rodríguez. Creíamos ver ya el jarrón verde hecho añicos, pero no cayó. Se tambaleó y... se detuvo tras un parcial de 1-14 con Calloway de ejecutor y todo por jugarse (58-57). Los blancos descerrajaron el segundo balazo (dos triples de Draper, otro de Sergio y pase a Reyes para el mate al galope) y, ahora sí, quebró al rival en mil pedazos. La munición del Madrid es de otro calibre, para naves de gran calado. Y lo vimos ayer.
Draper paró a Calloway en el tramo vital y añadió tres dianas de tres sin fallo. Sólo 25 puntos del Unicaja en la segunda parte. Mérito blanco. Defensa y potencia de fuego para romper en el primer día de clase.



