Baloncesto | Selección
Laura Gil, la cara del éxito del baloncesto femenino
El baloncesto femenino español está imparable. La Sub-20 y la Sub-17 sumaron dos medallas el domingo y con la lograda por la Sub-16 en julio ya son 33 en los últimos doce años. Laura Gil ha participado en nueve y es el paradigma de una cuidada planificación.
El baloncesto femenino español vive una progresión imparable. El domingo, las selecciones Sub-20 y Sub-17 ganaron sendas medallas (oro europeo y plata mundial) que, unidas a la dorada de la Sub-16 en julio, elevan el computo histórico de las chicas a 42. De ellas, 33 son de los últimos doce años, periodo en el que los chicos han cosechado 27.
En categorías de formación, el ritmo de triunfos es tremendo y el mejor ejemplo lo da la citada Sub-20, con una generación que viene ganándolo todo desde los 15 años: Europeo Sub-16 en 2008, Sub-18 en 2009, y Sub-20 en 2011 y 2012, más un subcampeonato mundial Sub-19 en 2011. En este brillante equipo hay una jugadora que personifica como nadie el éxito del básket femenino. Es Laura Gil, pívot murciana de 20 años y 1,92 metros, que atesora nueve medallas (cuatro oros y cinco platas) en cinco años. Su físico le ha permitido competir en un mismo verano con la Selección que le correspondía por edad y con la inmediatamente superior.
Gil es el producto paradigmático de la cuidada planificación de la Federación Española -que destina un 30% de su presupuesto a las chicas (unos 4,6 millones de euros)- en colaboración con las territoriales, los clubes y el CSD. El entramado que facilita la captación empieza en los campeonatos autonómicos de minibasket, los de las sucesivas categorías, los torneos de clubes y, finalmente, las ligas nacionales. El director técnico de la FEB, Ángel Palmi, augura un gran futuro: "A nuestras jugadoras no hace falta pedirlas que compitan, eso está ya en su ADN. Tras los júniors de oro, ellas son lo máximo".
Segle XXI, cantera inagotable
El Programa Segle XXI, al que la FEB destina 200.000 euros anuales, es una cantera inagotable de jugadoras, captadas en toda España, que reciben formación deportiva, académica y personal, con equipo en Liga Femenina 2. Funciona en la residencia Blume de Barcelona desde 1990, con la tutela de la Federación Catalana, la Generalitat y el CSD. Por él pasaron las míticas Betty Cebrián y Marina Ferragut, figuras actuales como Alba Torrens y Cindi Lima, y promesas como Amaya Gastaminza, Vega Gimeno, Queralt Casas y la propia Laura Gil.