España se cuelga su oro número 34 en Hungría
El baloncesto femenino español puso ayer un broche inmejorable a un nuevo año de éxitos de las Selecciones FEB. Las Sub-20 (oro europeo) y las Sub-17 (plata mundial) elevaron a cinco el número de metales obtenidos este verano. Ya van 103 en toda la historia, 61 en el siglo XXI.

El baloncesto español se ha acostumbrado a la euforia, a las escenas de alegría en las canchas de medio mundo y también, y esto es quizá lo más grande, al inconformismo cuando se gana una plata pero se quería el oro. Quién nos lo iba a decir. Hace 30 años apenas se habían sumado 11 metales y desde entonces han caído otros 92 -61 en el siglo XXI, 52 de ellos con José Luis Sáez como presidente de la FEB-, para un total de 103: 34 oros, 39 platas y 30 bronces.
Ayer, la Sub-20 femenina coronó otro verano glorioso para las Selecciones revalidando el título Europeo en Debrecen (Hungría). Rusia fue testigo del oro 22 para España en 8 años, de su quinta medalla en 2012, de la octava en Mundiales y de la 34 de los equipos femeninos. Benditas cifras. Unas horas antes, las Sub-17 se habían colgado la plata en el Mundial de Amsterdam (Holanda), cayendo con honor ante la todopoderosa EE UU. El pasado 22 de julio, la Sub-20 masculina abrió la veda con un bronce europeo (ese triplazo in extremis del barcelonista Abrines). Y el mismo día, las Sub-16 conquistaron el oro continental demostrando que, definitivamente, las chicas españolas son guerreras. Luego llegó la plata olímpica de la generación de Gasol, Navarro, Calderón, Reyes y cía.
Puede parecer temerario afirmar categóricamente que España seguirá dominando el baloncesto mundial junto a Estados Unidos en los próximos años. No será fácil, pero el ránking FIBA y los éxitos cosechados en las categorías inferiores ayudan a pensar que es posible. En Sub-20, los chicos llevan seis años sin bajarse del podio y las chicas han ganado ocho de los últimos doce campeonatos. Casi nada.
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Ayer, las jugadoras que entrena Anna Caula escalaron un peldaño más en su imparable evolución. Es una generación de campeonas que lleva ganándolo todo desde los 15 años. De nuevo hicieron de la anticipación en defensa su mejor virtud (49 puntos en contra de media) y el talento las llevó a otro éxito. Al final, el Y viva España sonó en pista húngara.



