La Liga es para el Barça y su orgullo de campeón
Hace cinco días el Madrid acariciaba el título ante un Barça Regal abatido y muy tocado físicamente. Pero Xavi Pascual cambió el libreto y empató. Ayer remató en el Palau con el carácter de Mickeal, el talento de un desvanecido Lorbek y la exuberancia de Vázquez.


En la madrugada del martes la plantilla culé estaba abatida y al límite de su resistencia. Algunos no podían pegar ojo y Xavi Pascual le daba mil vueltas al tercer duelo, a la situación... a todo. El Madrid (1-2)podía rematar en casa, en un Palacio entregado a la causa.
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Horas de angustia para el técnico, con Ndong fuera, con Navarro mermado, ante un rival superior... Jugar a lo mismo era una derrota segura y apostó por innovar, por tirar de defensas zonales y mixtas, algo inédito en su repertorio, por abrir el campo en ataque, por exprimir a los imprescindibles y confiar en el paso adelante de Wallace. Pegó una patada a seguir con desesperación pero con inteligencia. Le salió bien. Y se puso en brazos del carácter de Mickeal y del orgullo de un bloque campeón.
Justo ahí, en el cuarto partido, el Madrid perdió la final y el Barça empezó a ganarla. Pero aún debía rematar en el Palau, y lo hizo con jugadores como Lorbek, que actuó con fiebre y logró canastas decisivas antes de desvanecerse en el vestuario. Y como Mickeal, que repetía enloquecido tras alzar el trofeo que "no hay equipo más duro que el Barça". Corazón para encarar el aro y sangre fría para meterla limpia ya en el minuto final, cuando el rival reaccionaba (64-62).El Madrid de Laso también ha demostrado un gran carácter en estos playoffs, pero ayer fue a remolque y no sacó todo su nervio hasta que lo vio perdido. Las alternancias defensivas frenaron su transición, limitaron a Carroll y le hicieron ceder el rebote. Además, erró en los triples (0 de 6 de los Sergios) y Tomic naufragó ante Vázquez -terrible contraste con Reyes-, firmando atrás despistes imperdonables. Tantos, que quizá le hagan salir para hacer hueco a Marcus Slaughter. Con Rudy de blanco el cambio de ciclo se intuye, pero el Barça sigue ganando. Veteranos, sí; pero campeones. Tercer título en cuatro años. Mucha tela, mucho orgullo.



