Liga Endesa | Real Madrid 76 - Caja Laboral 69
El Madrid regresa a la final cinco años después
Cinco años después habrá de nuevo un Barça-Madrid en una final de Liga que arrancará el próximo miércoles. Los de Laso derribaron el muro baskonista en el último cuarto, con la inspiración de Sergio y la garra de Reyes. 57.672 aficionados han visto en directo la serie.
Qué gozada de eliminatoria. El guión lo habíamos cantado, pero de leerlo a asistir a la interpretación media un abismo. Cuánta tensión y energía derramada para alcanzar una meta que cruzó el Madrid en primer lugar. Un banderazo a cuadros después de cinco agónicas carreras, rueda con rueda, decididas en la penúltima curva y con el Palacio empujando como nunca antes, con 13.109 espectadores (57.672 en la serie).
A seis minutos de la bocina, Prigioni, asfixiado por la defensa, aún conservaba fuerzas para robar un balón y terminar el contragolpe con un mate que lo igualaba todo: 59-59. Hay que rendirse ante su determinación e inteligencia. Con 35 años aún convierte los partidos en una carrera de fondo. Le faltó un relevo a su altura, porque cada vez que Heurtel pisaba el parqué, el Madrid se desbocaba. Así ocurrió cuando el Palacio temblaba de inquietud, de miedo (14-24), y sólo un genial Velickovic daba réplica a Teletovic (11 tantos en 9 minutos). Así ocurrió cuando Sergio Rodríguez entró en acción, y junto a él Pocius, Reyes y Mirotic. El Madrid cogió la ola buena y surfeó por la calle Goya. Con un giro de pies y el toque sutil de los pases de Sergio se zampó la desventaja: 35-32.
Se presentía una avalancha pero no llegó, no aún. El lesionado Nocioni mermaba la moral de Singler (39-44). Ya no estaba Sergio y quizá se notó el cambio de quinteto, esas rotaciones que tanto dan y a veces quitan, pero Laso manejó de maravilla el encuentro, casi toda la serie. Su banquillo ha desequilibrado.
Velickovic, con el cuarto triple seguido blanco (53-51), tiraba de nuevo la puerta de una patada. El técnico madridista se la jugó con tres bajitos: los Sergios y Carroll, más Mirotic y Reyes. El capitán fue Gladiator. Su ardor guerrero, su defensa a Teletovic y sus rebotes erosionaron la roca baskonista hasta romperla. Sergio acaudilló al Real con un parcial de 8-0 (triple, robo y contraataque) y Carroll ayudó con dos triples finales, el desquite a una mala racha, aunque ya mira de frente a Navarro. El Madrid ha vuelto: en la final cinco años después, otra vez el Clásico.