Kirilenko decidió quedarse en Europa. Tras diez temporadas en los Jazz y hacerse un nombre en la NBA, el lockout le condujo a su Rusia natal en el intento de devolver al todopoderoso CSKA al primer escalafón continental. El equipo había descarrilado un año antes -ni siquiera se había clasificado para la segunda fase de la Euroliga-,pero en 2011 se rascó el bolsillo confeccionando una de las mejores plantillas de todos los tiempos: Teodosic, Shved, Kirilenko, Krstic... Ayer Kirilenko recibió el premio que le acredita como el mejor del curso -ha liderado las tablas de rebotes (7,2), tapones (1,9) y valoración (24,1) y fue segundo en robos (1,5)-,pero el ruso puede conseguir hoy el objetivo que se había marcado al quedarse en Europa: su primera Euroliga.

Final inédita.

El CSKA de Moscú y el Olympiacos llegan por quinta vez a una final desde la incorporación del sistema de Final Four, pero es la primera en la que ambos se miden. La escuadra rusa ha ganado dos y ha perdido dos, mientras que los helenos se han impuesto en una y han caído en tres.

Precisamente Ivkovic, el Viejo Zorro, está al frente de Olympiacos 15 años después de que lograra el único título para los del Pireo. Es su séptima presencia en una Final Four y, curiosamente, en 2003, 2004 y 2005 estuvo con el CSKA. Las armas de Ivkovic son el baloncesto de control, la efectividad exterior y su sólida defensa. La aportación de su estrella Spanoulis y sus peones de lujo (Printezis­, Dorsey, Law y Hines).

Aunque para muchos los jugadores del CSKA son muy superiores a su entrenador en talento, Kaszlauskas ha sabido devolver la entidad al equipo. Teodosic, base griego del CSKA, se enfrenta a su exequipo. "Las emociones se dejan a un lado cuando juegas la final de la Euroliga y yo juego con el CSKA".