El CSKA se reinventa para meterse en la gran final

El Panathinaikos no podrá reeditar el título de Euroliga conquistado el año pasado en Barcelona tras caer ante el CSKA de Moscú (66-64), en un final de infarto que resolvió Teodosic con una canasta a falta de 38 segundos para acabar el partido. El conjunto heleno aún dispuso de una posesión para ganar, pero la defensa rusa sobre Diamantidis impidió que el base pudiese siquiera intentar el tiro a canasta. Y eso que el Panathinaikos arrancó como un huracán, con el balón circulando de dentro a fuera a la velocidad de la luz y Maric, primero, y Batiste, después, destrozando a los pívots del CSKA.

El conjunto de Obradovic abrió la primera brecha en el marcador (2-11, min.4) y Kazlauskas sentó a un desafortunado Krstic para dar entrada a Kaun y frenar la sangría en la zona. Los rusos anotaban su primera canasta en juego a 6:20 para el final del primer cuarto, pero el equipo griego no les dejaba ni respirar. Defensa asfixiante que cerraba todas las líneas de pase y dominio total del rebote ofensivo. Para colmo de males moscovitas, Jasikevicius y Sato acertaban desde la línea de tres y el Panathinaikos se marchaba, en un visto y no visto, de catorce puntos, una renta que mantendría hasta el final del cuarto (15-29).

El CSKA salió más intenso en el segundo período. Empezó a defender mejor y al conjunto heleno se le apagó la luz. Calathes anotó un triple que colocaba el 19-32 en el marcador. A partir de ahí, un parcial de 13-0 a favor de los rusos. Una reacción liderada por el hasta entonces desaparecido Kirilenko que finalizó con el 32-32. Durante ese tiempo, un 1 de 9 en triples del Panathinaikos y un 0 de 7 en tiros de dos. Un auténtico desastre. Al menos, Batiste anotaría a falta de 56 segundos para el final de la primera parte la canasta que permitiría a los griegos marcharse al descanso con una mínima ventaja en electrónico (32-34).

El choque entró en un intercambio de golpes mucho más igualado tras la reanudación. Kirilenko se puso al mando de las operaciones del cuadro moscovita para poner al CSKA por delante por primera vez en todo el partido (41-39 min.24). Pero Jasikevicius, Diamantidis y sobretodo Kaimakoglou -autor de diez puntos sin mácula en el tercer cuarto- pusieron de nuevo al PAO por delante (51-55, min.30). Un parcial de 7-2 al inicio del último cuarto devolvía el mando al CSKA (58-57, min.33). La defensa zonal moscovita, un par de acciones dudosas que los árbitros resolvieron a favor del los de Kazlauskas y los errores de Batiste bajo el aro, impidieron la inmediata respuesta helena.

Pero entonces volvió a aparecer Jasikevicius para poner con ventaja a su equipo (60-64) a dos minutos para el final. Parecía que Saras, el jugador que más Euroligas ha ganado (4), sería el héroe del partido, pero Shved, desde la línea de personal, y Teodosic, con la canasta decisiva, impidieron que Obradovic pelee el próximo domingo por su noveno título.