Unicaja no jugará playoff, pero sí Euroliga

El conjunto malagueño ha concluido noveno esta fase regular y, al menos, mantiene su licencia de la Euroliga, mientras que dos puestos por encima se ha situado el Banca Cívica, que acudió al Martín Carpena con la seguridad de tener plaza en los playoff.

El conjunto entrenado por Luis Casimiro, que sustituyó en marzo al destituido Chus Mateo, culmina así una temporada para olvidar, pues para meterse en las eliminatorias por el título dependía de que el Lucentum perdiera, pero los alicantinos no fallaron, le ganaron al Mad-Crac Fuenlabrada y cerraron así las puertas al Unicaja.

El único consuelo es que los malagueños conservan su licencia de la Euroliga para jugar la próxima temporada en la máxima categoría europea, para lo que estaban a acabar, como mínimo, novenos.

Este duelo de rivalidad andaluza comenzó con el Unicaja muy motivado y, sabiendo de la derrota del FIATC Joventut, tenía que ir a por todas para ganar su partido y esperar la posible carambola que podía darse si el Lucentum perdía el suyo.

Así, era otro equipo: agresivo, dinámico, ilusionado. El buen trabajo del escolta estadounidense Troy DeVries y una buena defensa de todo el bloque malagueño les llevó a dominar el primer cuarto (22-17, m.10).

Por su parte, el Banca Cívica, con la sensible baja del pívot Paul Davis por lesión, tenía que ganar y esperar resultados de terceros para optar a terminar sexto, quinto e incluso cuarto, y así evitar a rivales más fuertes en los cruces de la fase por el título -finalmente, al ser séptimo, se mediará en cuartos al Real Madrid-.

Pero el conjunto sevillano, desde el principio, tuvo muchos problemas para frenar a DeVries y grandes inconvenientes para capturar el rebote debido a la eficacia de los hombres altos del Unicaja, Zoric y Freeland, y después del gigante Sinanovic, que mostraban su superioridad en ambas zonas (40-22, m.17).

El Banca Cívica, romo en ataque y blando en defensa, anotó su primera canasta en el segundo cuarto en el minuto 13 y de tiro libre, y mostró su irregularidad al lograr sólo nueve puntos, insuficientes frente a los veinte de su rival, por lo que se llegó al descanso con un contundente 42-26 y el enfado de Joan Plaza.

El Unicaja tenía controlado el partido sin correr excesivos riesgos ante un Banca Cívica desconocido, pero que en algún momento debía mostrar su potencial.

Fue en el tercer periodo cuando el equipo sevillano cambió su fisonomía, pues atascó en ataque al Unicaja -logró sólo once puntos- con una defensa más agresiva, lo que dejó un último cuarto lleno de incertidumbre (53-47, m.30).

Los malagueños estaban atascados en ataque hasta que el joven alero Alex Abrines tomó la responsabilidad y seccionó la defensa zonal del Banca Cívica con dos triples, bien secundado por el escolta letón Kriptars Valters (67-54, m.34).

El Banca Cívica, por su parte, que había perdido por cinco faltas al base estadounidense Earl Calloway, asimiló el golpe y lo intentó en los últimos minutos, aunque las fuerzas no le llegaron para poner en apuros al Unicaja, que se apuntó el partido por 75-66.