El Joventut Badalona no ha autorizado al jefe de sus servicios médicos, Víctor Laínez, a asistir a la operación del exverdinegro Rudy Fernández porque no se lo ha pedido el jugador ni la Federación Española de Baloncesto (FEB), según ha explicado a EFE el presidente de la entidad, Jordi Villacampa. Fernández, ahora enrolado en los Nuggets de Denver de la NBA, pasará mañana por el quirófano para solucionar sus problemas de espalda, y quería que Laínez, a quien conoce bien de su etapa en la ''Penya'' y que también es médico de la FEB, estuviera presente en la intervención.
"Si la Federación se hubiese dirigido al club para pedirle que quería que nuestro médico supervisara la operación o el propio Rudy se hubiese puesto en contacto con nosotros, y el doctor Láinez hubiese sido cubierto en sus funciones dentro del club, que tiene a Pere Tomàs y Elius Báez lesionados, habríamos hecho lo posible por llegar a un acuerdo", ha manifestado Villacampa. Según el presidente de la entidad verdinegra, fue David Carro, agente de Rudy, el que contactó directamente con Laínez para invitarle a viajar a Estados Unidos, por expreso deseo del jugador.
Villacampa telefoneó entonces a José Luis Saenz, presidente de la FEB y, según el dirigente del club badalonés, este le reconoció que el contacto con Laínez se había producido "a título personal y no institucional". Finalmente, el médico de la ''Penya'' se ha quedado en Badalona y ha sido Domingo Delgado, exjefe de los servicios médicos del Real Madrid (club que tiene los derechos de Rudy en la ACB) el que ha viajado a Houston para asistir a la intervención del escolta.
El propio Rudy Fernández ha reconocido, a través de su cuenta de ''Twitter'', estar "triste y decepcionado" con el Joventut por no haber permitido que Laínez esté a su lado en una operación que le tendrá aproximadamente unos tres meses de baja. "Las cosas no se han hecho bien, pero eso no quita para que nosotros deseemos a Rudy lo mejor, que se recupere bien y pronto vuelva a hacernos disfrutar del baloncesto", ha concluido Jordi Villacampa.
