Lagun Aro gana mil veces

Lagun Aro nunca (0-9) había ganado al Real Madrid. Hasta hoy. Porque hoy ganó una vez, dos, mil... Ganó de salida por planteamiento e intensidad, ganó después cuando el Real Madrid había volteado el partido y lo volvió a equilibrar... Y ganó los minutos finales en medio de una tensión que electrificó Illumbe. Ganó una guerra en la que se llevó mil batallas: el juego, la energía, la fe... Ganó un partido que fue un tiroteo estético y frenético. En estos tiempos en los que tanto se debaten las formas y los fondos, el Lagun Aro de Sito Alonso le robó al Real Madrid de Pablo Laso los focos (por un día) y el liderato (al menos por una semana: vuelve a Barcelona).

La tentación es recurrir al tópico y afirmar que ganó el baloncesto. Y algo de eso hay. Contra las racanerías y las bajas audiencias, 188 puntos en un duelo que tuvo fases de zafarrancho de combate al estilo NBA. Hubo momentos de correcalles pero el partido no lo fue porque había seso detrás de cada carrera. Y el plan de Lagun Aro resultó mejor en los tramos decisivos del partido: el planteamiento y el desenlace. Se podrían hacer mil análisis y se podría recordar mil detalles pero lo que queda es la magia del juego, las paradojas que lo hacen maravilloso: el Real Madrid perdió cuando todo parecía decantarse de su lado. Ni aprovechó los siete minutos que Lagun Aro pasó en bonus en el último cuarto (Llull y Sergio fallaron además dos tiros libres instrumentales) ni sacó ventaja de la expulsión por dos antideportivas de Panko. Quedaban más de cuatro minutos y lo que parecía una sentencia fue una inyección de adrenalina para una grada que se sintió agraviada, unos árbitros que se sintieron en territorio hostil y un Lagun Aro que buscó héroes. Y los encontró: un triple y un robo de Papamakarios, otro triple y la frialdad en los tiros libres de Vidal, que consumó su pequeña venganza con 20 puntos y 5 rebotes. Ambos unieron sus nombres al recital de Javi Salgado (17 puntos, 6 asistencias), las flechas de Baron (18 puntos, 4 triples), el sudor de Doblas (13 puntos) y la ciclotimia de Panko, que firmó un primer tiempo memorable (19 puntos y un clínic ante un timorato Mirotic) y un segundo oscuro: -4 de valoración, ni un punto y expulsión.

El Real Madrid al menos sí se rebeló esta vez contra la adversidad. No perdió con la boca cerrada como en Valencia y se metió en el partido tras un oscuro primer tiempo e intercambió golpes hasta caer de maduro, agobiado por un Lagun Aro que acabó jugando como una jauría. Colectivo, febril y desatado: los lobos cazan en manada. En la recta final no entraron los triples salvadores, no hubo rebotes de ataque milagrosos ni contras supersónicas. Llull (15 puntos), Mirotic (10+ 7 rebotes) y Carroll (12) tuvieron su momento pero este no coincidió en ningún caso con los últimos y decisivos minutos. Algunos pasaron de puntillas y otros fueron un laberinto. Begic y Tomic apenas gobernaron los aros, Felipe jugó poco y Sergio Rodríguez atrapó sueños en ataque (16 puntos, 3 asistencias) pero provocó pesadillas en defensa. El Real Madrid estuvo espeso en estático más allá de las respuestas individuales, corrió menos de lo que suele y naufragó atrás porque en el primer tiempo defendió con la mirada y en el segundo puso intensidad pero acabó con desajustes trascendentales: Carroll emparejado con pívots, lagunas nada inhabituales en la protección de los bloqueos directos...

Después de un primer tiempo soberbio de Lagun Aro y antes de la pelea a muerte del último cuarto, el partido dejó un tercer parcial para el recuerdo: lo ganó el Real Madrid 24-29 pero pareció que los dos equipos habían perdido y amarrado el partido al menos un par de veces. Un 0-13 liderado por Carroll condujo al 52-59, el mejor momento de un Real Madrid resucitado en un instante (50-35 en el minuto 19, 50-56 en el 22). El Real Madrid anotó seis triples y amenazó con romper el partido y Lagun Lagun Aro respondió con otros cuatro en un intercambio colosal: Carroll, Velickovic, Baron, Salgado... Hubo un 0-13 pero hubo también un 10-0. Y esa capacidad de Lagun Aro para sobrevivir al mejor momento del Real Madrid fue, seguramente, la verdadera clave de su triunfo.

El que no hubiera visto lo suficiente a este equipo, ya no tiene excusa: Lagun Aro comenzó la temporada con un (injusto) 2-8 y está 15-11. En los últimos 16 partidos ha sumado tres derrotas, menos que Real Madrid o Barcelona. Juega de maravilla, con estilo y la voluntad de quien cree a sangre y fuego en su idea. Su juego es valiente, rápido, de pegada vigorosa. El Real Madrid encajó esta vez los golpes que otros días asesta a sus rivales hasta que cayó herido de muerte por una tremenda ración de su propia medicina.