El Barça niega la revancha en un gran lío arbitral en Bilbao
Mumbrú terminó descalificado

La reedición de la final liguera del año pasado desmintió que el Gescrap Bilbao esté ya para tutear al Barcelona Regal. El parón de la Copa ha sacado de carril a los vizcaínos, que por suerte tienen al milagroso Raúl López. Ayer el equipo de hierro fue un muñeco en manos de sus propias ansiedades, no fue el grupo que brinda por los resultados a partir de un ritmo de juego chispeante, eléctrico, firme.
Todo falló desde la jefatura. Tras una falta de Jackson, que venía enfurruñado por otra no pitada en campo ajeno, Mumbrú, el caudillo del subcampeón, tuvo un arrebato con el colegiado Martínez, que le impuso la pena máxima. Técnica por sus protestas y una segunda por insistir, así quedó descalificado. El año pasado, en Badalona, le ocurrió algo similar, con Pérez Pérez como protagonista. En ambas citas estuvo Pérez Pizarro. El Barça contó con seis tiros, de los que aprovechó cinco, y posesión. Abonó un terreno muy fértil para su plácida velada: 6-23 ganaba al final del primer cuarto tras triple de Huertas.
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Indignación.
Hubo luego otra técnica, a Vasileiadis. A partir de ahí, la locura, con los de naranja de diana de todas las protestas. Razón tenían cuando el trío arbitral se centró exageradamente en el teatro local y se olvidó del azulgrana. El Gescrap, huérfano de su segunda gran estrella, Banic, porque se vio privado de espacios, se olvidó de los árbitros y empezó a desarrollar sus virtudes para acabar con la cabeza alta.



