Baloncesto | Actualidad
Se cumplen 50 años de los 100 puntos de Chamberlain
Es el récord absoluto y fue con los Warriors ante los Knicks
La bomba termonuclear del baloncesto moderno estalló de súbito sobre los desvalidos New York Knicks en una semidesierta pista de Hershey, Pennsylvania: el 2 de marzo de 1962, en el Sports Arena de Hershey, la ciudad del chocolate, una fuerza de la Naturaleza llamada Wilton Norman Chamberlain (2,16 de altura) hizo explotar 100 puntos, el récord absoluto de la NBA, sobre los despavoridos Knicks de Richie Guerin, Willie Naulls, Darrall Imhoff...
Chamberlain vestía la camiseta de los Philadelphia Warriors, entrenados por otra leyenda, Frank McGuire. Eddie Gottlieb, 'Gotty', era el patrón de los Warriors. Hacia 1960, Chamberlain era un prodigio insólito; podía llegar a ser un tornado como el que se abatió sobre los pobres Knicks. Los Warriors ganaron el partido por 169-147. La prehistórica planilla estadística que agrupó Harvey Pollack nos señala que Chamberlain consumó la hazaña con 28/32 en tiros libres y 36 tiros de campo convertidos, sin detallar fallos. Cometió dos faltas. Y aprovechó los blandos aros de Hershey: Wilt acabó su carrera con 51,1% en tiros libres (61,3% en la 61-62)... y aquella noche se disparó hasta el 87,5%. Red Auerbach, el boss de Boston y uno de los peores enemigos del gigante, disparó con acidez: "Ha jugado contra Imhoff, o sea, contra nadie. Es como yo jugando contra un enano, dadme el balón, me giro y lo pongo dentro". No tanto: el pobre Imhoff fue All Star en 1967, medía (y mide) 2,08. Pero tenía los pies planos, algo mortal ante Wilt. "¿Cómo es esto? El peor tirador de tiros libres del mundo se ha ido a 28/32", se preguntó en Chicago. Johnny Red Kerr. Ah...
El final.
A 50 segundos del final, Joe Ruklick, que conocía personalmente al Presidente John F. Kennedy, vio libre a Chamberlain, quien pidió el balón con su típico ¡Woo!, su gruñido gutural de oso ('The Big Dipper', La Osa Mayor). A unas pulgadas del aro, Wilt machacó y selló los 100 puntos. Bill Campbell, se extasió en la Radio WCAU: "Lo ha hecho, lo ha hecho, lo ha hecho".
Algunos chicos se lanzaron a abrazar a Wilt, que, exhausto, ya estaba en brazos de Ted Luckenbill. "Había 4.000 espectadores, pero al menos 50.000 me han dicho que estuvieron allí", recordaría Chamberlain poco antes de morir, en 1999. Pero la noche de Hershey no morirá...