Baloncesto | Liga Endesa | Real Madrid 90 - Gran Canaria 72
El Madrid sigue de fiesta ante el Granca
El Palacio celebra el título copero con otra gran actuación de Llull
Si quitásemos los festejos previos en el Palacio, los gritos de campeones, las fotos de los seguidores con el trofeo, las banderitas al vuelo y las bufandas de regalo, no habría mucho que destacar. Bueno, sí, quedaría Sergio Llull. Y si estrujan más: el talento de Carroll, la eficacia de Reyes y el acierto de Bramos y de Palacios. Quizá exagere, ¿pero suficiente para convocar a los 8.157 espectadores de ayer?
La hinchada local venía con ganas de celebración y el Gran Canaria no perderá ni un minuto en darle vueltas a esta derrota. En tiempos de penuria económica, la distancia entre los dos grandes y los clubes de la parte media-baja de la tabla se estira como un chicle. Tanto como para pensar en reducir la Liga Endesa en un par de equipos, en reagrupar el talento y las identidades para no claudicar ante la expansión de la Euroliga. Veremos, pero si ha de moverse algo en la ACB debe ser ya: formato, televisión...
Pero eso será en los despachos. Ayer sobre el parqué, el Madrid no dio pie al efecto atolondramiento, el aliado visitante en plena resaca copera. Al contrario que el jueves en la Euroliga frente al Unicaja, los de Laso salieron atentos al arreón rival. Bien atrás y mejor en ataque en el segundo cuarto, aunque antes la ventaja física de Singler sobre Haynes -le saca un palmo- mandó al banco y descentró al cañonero amarillo para el resto del duelo. Con Carroll y Lull a cargo de la pirotecnia, el Real tocó los 20 de ventaja: 37-17.
En la reanudación se alinearon los astros, es decir, el sesteo blanco y la puntería insular. Bramos y Palacios ejecutaban y el Granca firmaba un parcial de 4-16 para ponerse a... cuatro (56-52). Respuesta: más defensa y más Llull, un dos más uno, un mate, un par de tiros libres del base y otra vez la brecha. No quedaba hilo, ni triples, para coserla. Ahora, Siena. ¡Uy, uy, uy!