Baloncesto | Vista de un Campeón
'MVP' Llull: "Sabíamos que era ahora o nunca"
El base visitó AS junto a Juan Carlos Sánchez, Herreros y los trofeos.
La Copa del Rey es la tercera competición en importancia, pero ninguna otra levanta tanta expectación en España durante su fase final. Es el trofeo más mediático y el que hacía más tiempo que el Real Madrid no levantaba, ansiado por una hinchada agotada de ver edición tras edición como el torneo de moda se lo llevaban otros y, en especial, un gran Barça en los últimos años. De ahí que este éxito sea un hito para el madridismo. La celebración con las instituciones se posterga a mañana, pero los protagonistas estuvieron en AS. Los rectores del baloncesto blanco, Juan Carlos Sánchez y Alberto Herreros, y el MVP en el Sant Jordi, Sergio Llull, visitaron ayer la redacción con el atractivo y pesado trofeo, pesadísimo: casi 18 kilos. Alzarlo a una mano tenía su riesgo, pero Sergio Ramos se abstuvo, no vino.
"Después de 19 años sin Copa y con todo lo que habíamos pasado en las últimas temporadas, sólo vimos ganado el partido cuando Florentino Pérez entró en el vestuario", aseguraba con una carcajada Llull, muy relajado tras el éxito, con sonrisa de jugón. "Cuando en el último cuarto íbamos 17 arriba a falta de ocho minutos, sabíamos, o eso pensé yo, que si no ganábamos, ya no lo haríamos en la vida. Espero ahora que esta victoria no sea circunstancial, que nos encontremos al Barcelona en más finales y volvamos a ganar".
El base madridista aportaba una de las claves del éxito: "Antes de la final nos olvidamos de todo, de que el Barça nos tenía comida la moral, del tiempo que llevábamos sin ganar el trofeo, y salimos a morder. Luego Carroll resultó clave cuando el Barça se puso a sólo un punto". Para Herreros, el americano es "un jugador para llevárselo a casa, que tiene el aro en la cabeza y le da igual ir perdiendo de 20 que ganando por diez". Llull cree que fue "el mejor partido" de su vida. "A nuestra gente le gusta que nos dejemos la piel y eso es lo que intento hacer cada día con Pablo Laso, que está siendo un entrenador muy importante en mi carrera. A mí y a Sergio Rodríguez nos ha ayudado mucho en el puesto, con sus consejos y su experiencia como un gran director de juego durante tantos años".
Juan Carlos Sánchez bromeaba sobre todos aquellos pronósticos que daban por segura la derrota del Madrid: "¿Quién apostó por nosotros...? Yo lo hice y me he ganado un dinerillo, para una buena cena". Cuestión de confianza, de determinación, algo que para Llull resultó clave, porque cada jugador creyó en el compañero que tenía al lado y en el entrenador: "Poca gente pensó que ganaríamos; pero nosotros sí lo hicimos, nos convencimos".
En realidad el éxito comenzó a fraguarse nada más terminar el partido de la Euroliga en Bilbao el pasado 8 de febrero, en el que el equipo se llevó un varapalo tremendo. Faltaban sólo nueve días para que el Madrid disputara su duelo de cuartos ante el Fuenlabrada. "Quizá sin aquella derrota no hubiera llegado el triunfo -afirma Herreros-. Laso me dijo a las tres y media de la madrugada, en el mismo hotel, que íbamos a ganar la Copa, que un traspié tan duro nos ayudaría a lograrlo. Y le respondí que, si quería animarme, lo había conseguido. De hecho, antes de viajar a Barcelona era muy optimista, tenía la impresión de que esta vez sí nos tocaba a nosotros". Para Llull la plantilla tuvo carácter y reaccionó a tiempo: "Al día siguiente de la derrota en Bilbao, antes del entrenamiento, nos reunimos en el vestuario y nos dijimos que jugando así de blandos no podríamos ganarle a nadie, que no se podía repetir, que así no íbamos a llegar a ninguna parte".
Les esperaba una semana y media de duros entrenamientos, en los que Laso y su cuerpo técnico pusieron especial hincapié en la defensa, en la intensidad, en los conceptos colectivos para frenar al rival. Porque sabían que el ataque no era el problema, que con seguridad atrás su equipo volaría. Y el trabajo dio sus frutos. "Antes de la final -continúa Llull-, el entrenador nos puso un vídeo muy bonito y emotivo, con imágenes nuestras y un fondo musical potente, con ese estribillo que dice "vincerò" ("venceré", el Nessun Dorma de la ópera Turandot, de Puccini). Logró motivarnos".
Triunfo y mil reconocimientos, el primero el de Florentino. "Nos felicitó, pero también nos pidió que ganáramos el resto de títulos. Y eso es lo que queremos. Hay un buen grupo y mi idea es estar mucho tiempo en el Madrid, pero la NBA siempre anda ahí". La felicitación presidencial no fue la única: "Rudy (Fernández) me llamó después y Serge (Ibaka) también nos dio la enhorabuena". Ettore Messina, desde Los Ángeles, se acordó de su exequipo y felicitó telefónicamente a Herreros.
El máximo responsable de la sección, Sánchez, ve el futuro con buenos ojos: "Veníamos de unos años en los que el Barcelona nos había arrasado. Incluso esta temporada, cuando ganamos en el Palacio, se decía que era porque no estaba Navarro, que cuando se recuperara... Ahora, todo ha cambiado. La plantilla actual tiene un porvenir enorme, con una media de edad de sólo 25 años, y puede hacer grandes cosas en las próximas cuatro o cinco temporadas". De momento, ya le ha devuelto al club la Copa del Rey.