Baloncesto | Copa del Rey | El cuaderno de Antoni Daimiel
Duelo de estilos en la final de Copa escocesa
Reinvetir en mantener.El Barcelona es millonario en recursos. No es un nuevo rico, su fortuna es hereditaria y normalmente se reinvierte para su alto mantenimiento. Su armamento es moderno y variado pero los recursos humanos también son más numerosos. La guerra de guerrillas planteada por el Caja Laboral en la semifinal, con trampas y emboscadas como la aparición inicial de Lampe, acabó derrumbándose en el último cuarto cuando Ivanovic tuvo que hacer coincidir el último y breve descanso compartido para Teletovic y San Emeterio. En esa coyuntura Xavi Pascual, dueño de una gran profundidad de recursos, tenía en pista un quinteto defensivo (Sada, Eidson, Mickeal, Wallace y Ndong) que echó el cierre al paso hacia su canasta y al partido. El Barcelona viaja a mochila llena, con brújula, suero, linterna y navaja multiusos. Por eso puede soportar un día negro de Navarro o los peligros de la selva de Ivanovic.
Línea discontinua. El Real Madrid no ha sido capaz de jugar tranquilo en lo que llevamos de fin de semana. Contra el Banca Cívica corrió una etapa rompepiernas y alocada cuya sucesión de cuestas arriba y abajo no debió agradar a Pablo Laso. Una feria. Recreación y toboganes que no procedían, siempre referidas de manera proporcional a la tensión y a la atención defensiva. El Madrid sigue en el proceso de mantener su fluidez y su alegría cortando volatilidades ocasionales. No puede tolerar concesiones, recesos o licencias impropias de este nivel, de estas citas. La rotación fue menos generosa y Felipe Reyes, Pocius y Velickovic apenas intervinieron. Los tres deben colaborar para competir en el partido de hoy.
Cruce de estilos.El Barcelona parte como favorito para la final. Por los precedentes recientes y por sus teóricas ventajas en el juego interior, principalmente. El ciclón ofensivo que persigue Pablo Laso, ese equipo veloz y triplista que cautiva por cortos espacios de tiempo, en algún momento necesitará tirar de ortodoxia frente a la contundencia prolongada por equipación, recursos y preparación del conjunto de Xavi Pascual. Cuando el balón viene de dentro se tira mejor desde fuera.
Copa también escocesa.Tercer año consecutivo en el que el Clásico se apodera de la final, una tendencia que no se puede separar de la superioridad de tintes históricos que pasean los equipos actuales del Real Madrid y del Barcelona de fútbol. El reparto de los derechos televisivos y el esplendor de resultados de los dos clubes repercute también en las secciones de baloncesto. Todo ello al mismo tiempo en que la crisis no le perdona la vida a los recursos actuales de clubes como los de Vitoria, Málaga o Valencia.
Atención a las faltas.Habrá que estar especialmente atentos al criterio arbitral de la final. A este nivel en ocasiones se hace insoportable la obsesión de los árbitros por mantener equilibrado el casillero de faltas de uno y otro equipo. Cuando uno se destaca con tres o cuatro personales cometidas más, su entrenador se come a los jueces. Así no, así es muy complicado. Así se ganan partidos sin el balón.