Baloncesto | Actualidad
El Bilbao pone contra las cuerdas al proyecto Laso
El hundimiento en Euroliga convierte los halagos en serias dudas
Hace un mes todo eran piropos para el Madrid de Laso: jugaba alegre, llenaba el Palacio, vapuleaba al Maccabi y tumbaba al Barça. Pero llegó el Siena y le ganó por 19, abriendo una herida en la que el Bilbao metió después el dedo hasta agigantarla. Hay derrotas que fulminan proyectos: perder por 24 en Miribilla podría ser una de esas. Por ahora, los dirigentes blancos hablan de paciencia con un equipo joven, pero el pasado reciente demuestra que la calma no sobra en la sección. Justo o no, ya se duda de Pablo Laso.
Lo curioso es que la mayor parte de los problemas del Madrid se vinculan directamente a la misma apuesta ofensiva que tantos halagos le ha valido. Se fue Rudy, se diluyó la inspiración de Carroll y la velocidad sigue, pero ha perdido la precisión, generando ratos de correcalles. La apuesta de Laso es arriesgada, pues las caídas suelen ser más dolorosas. Si juegas básket control, es mucho más fácil minimizar daños en los días negados: jugando a 60 puntos es muy complicado perder por 24.
El indiscutible bajón ha expuesto las grietas de este Madrid. Para empezar, no tiene plan B para cuando correr no funciona. Sergio Rodríguez y Llull son dos bases estupendos a campo abierto, pero sufren en estático. Cuando el Madrid se mide a bases de primer nivel como McCalebb (Siena) o Jackson (Bilbao) le hacen mucho daño.
Y cuando el ataque se espesa y toca recurrir a la defensa... Desastre. Individualmente, el nivel es mediocre y colectivamente es espantoso. El balance, las ayudas, la concentración... El Bilbao le metió 186 puntos en dos partidos, con tramos de auténtica impotencia blanca como el primer cuarto del miércoles: 34 puntos con un solo tiro fallado.
Urgencias.
Nada de esto era impredecible, pero la costumbre de la sección blanca de intentar subir los escalones de cinco en cinco precipita conclusiones y euforias. Ha mejorado, sin duda. Mucho la imagen y bastante el talento, con la llegada de Carroll y con Mirotic un año más hecho, aunque sigue faltando un líder (Rudy). Pero partía demasiado lejos de la élite como para pretender estar ya a esa altura.
¿Y ahora qué? Se antoja imprescindible mantener la calma, pero habrá que ver qué sucede en la Euroliga. Para clasificarse, el Madrid debe ganar un partido más que el Bilbao en las dos jornadas que restan y no es imposible: ambos se miden a Siena (en casa el Bilbao, fuera el Madrid) y Unicaja (al revés) en partidos muy abiertos. Si salva el match-ball, las aguas volverán a su cauce. Si no... cualquier cosa.