Baloncesto | Liga Endesa | Real Madrid 84- Caja Laboral 73
Llull se sube a la moto y rompe al Caja Laboral
Suárez, Reyes y Sergio también estuvieron sobresalientes
El Bilbao sigue vivo en la Euroliga pero se ha quedado sin Copa; el Unicaja le peleó el jueves a los blancos el estreno en el Top-16 y luego se llevó una tunda en Manresa; al Caja Laboral sólo le queda la ACB... Es duro andar a la altura en día laboral y en fin de semana, pero este Madrid acostumbra a dar el callo. Con sus altibajos y sus errores, pero salva sus partidos, los que le salen redondos y los que llegan al bies, como en Alicante y Málaga. El de ayer fue de los esféricos. Líder al final de la primera vuelta.
El Caja Laboral, con Prigioni al frente (recibió algunos pitos), se presentaba en el Palacio con la segunda mejor defensa (66 puntos encajados), con el desafío de echarle el lazo a la caballería, a las transiciones blancas. "Sabíamos lo que iba a pasar -confesó Ivanovic- y creíamos que lo pararíamos...". Pero no.
Llull se puso el casco, la moto la llevaba encima. Aceleró, metió la sexta al final del tercer cuarto y levantar a la grada y romper al Caja Laboral fue todo uno. Una asistencia y tres canastas del tirón en las que rebasó a dos, tres, cuatro defensores. Lo peor para los baskonistas es que le esperaban, como los romanos a Astérix, pero los pasó por encima. El Madrid volaba con la ayuda también del juego interior, de un colosal Reyes, todavía ahora de los mejores de la Liga en su nuevo papel de suplente. El Caja Laboral cazó más rebotes de ataque, pero el Real hizo más pupa. Begic intimidó y Singler echó una mano dentro por la lesión de Mirotic.
Necesitaba Llull un partido como este para alejar fantasmas. Y Sergio estuvo a su nivel. Entre los dos, 15 asistencias y el control del tempo, de un ritmo que desarboló a Prigioni, siempre efectivo. Pero en el orfeón blanco se escucharon muchas voces, como la de Suárez (tarde completa con cuatro triples), demasiadas para que el rival replicara. Ivanovic terminó con la impresión de que con más paciencia su equipo hubiera tenido una opción. Quizá, aunque hubo algo del juego del gato y el ratón. El Madrid mandó cuando quiso. Jugó Teletovic, sí; pero al Baskonia le faltan piezas. Por una vez y sin que sirva de precedente, mala planificación.