El Pionir engulle al Madrid

euroliga | partizán 80 - real madrid 79

El Pionir engulle al Madrid

El Pionir engulle al Madrid

El Real Madrid suma en el infierno de Belgrado su segunda derrota en Euroliga. Víctima de sus errores en ataque y defensa, el equipo blanco se condenó en un partido demasiado irregular.

Este Partizán no es un gran Partizán pero tiene de su lado, siempre, el Pionir. No la cancha más grande ni la más bonita de Europa pero sí, seguramente, la más hirviente. En esas calderas que destilan azufre los equipos pasan la prueba del algodón, se enfrentan a sus miedos y sus limitaciones, se ven obligados a enseñar lo que en otras localizaciones no necesitan. Seguramente Partizán será un rival accesible cuando visite Madrid pero en el Pionir ruge como un león. Siempre peligroso en esa pista que inclina estadísticas (Partizán tiró 15 tiros libres más), lo es más mientras dure el lockout, que tiene al Real Madrid con Rudy e Ibaka... y a Partizán con Pekovic.

Pekovic es por sí sólo un porcentaje muy alto de la explicación a la derrota del Real Madrid, segunda en Europa, segunda en la segunda salida peliaguda y segunda en un grupo en el que Maccabi tensa la cuerda y por detrás el atasco promete emociones fuertes (Real Madrid, Efes, Milán, Partizán...). Pekovic es un mole de 2'10 y 122 kilos que amasa talento y que resulta, la tiranía de la lógica, imparable cerca de la zona. De vuelta a Europa mientras los Timberwolves (jugará con Ricky) siguen parados, aireó las lagunas que tiene la defensa del Real Madrid en su zona. Sólo le paró el cansancio, evidente en el segundo tiempo. En el primero sumó 16 puntos en 16 minutos (terminó con 20 y 7 faltas recibidas). Y fue cargando de personales a los rivales que comparecieron (Begic, Felipe, Ibaka...). Porque Tomic, mantequilla como tantas veces e incluso más, se esfumó en cuanto contactó con el corpachón de Pekovic (jugó 9 minutos en los que no anotó). Con Pekovic, Macvan (16 puntos, 12 rebotes) y la determinación de Acie Law ganó el partido un Partizán con menos talento que las mejores versiones de este equipo histórico. Un Partizán con poco tiro exterior, una rotación corta... pero una tonelada de orgullo. Y Pekovic.

Real Madrid bajo mínimos

Lo peor para el Real Madrid es que perdió el partido tres veces. Lo perdió de salida con un inicio espantoso (10-0, 14-3 en 6 minutos). Lo perdió cuando se puso por primera vez por delante (del 34-35 al 45-40 del descanso) y lo perdió finalmente en un último cuarto desesperante: comenzó por delante (57-61), tardó tres minutos en anotar, concedió 15 puntos en cinco minutos a un rival al que dejó recuperar el resuello a base de rebotes de ataque y segundas opciones y se esfumó en los últimos ataques: un triple estelar de Rudy (76-78) dio paso a cuatro tiros libres de Partizán y malos ataques de un Real Madrid mal dirigido desde el banquillo y destemplado con el estoque: Llull falló el tiro libre que hubiera puesto el empate con 7 segundos y un triple para ganar el partido sobre la bocina.

La derrota del Real Madrid pareció casi un ejercicio de justicia ante un rival con menos talento pero, al menos esta vez, más rigor, más cemento y más pasión. Un rival que sólo metió dos triples pero que llevó al Real Madrid a 15 pérdidas (8 en el pésimo primer cuarto) y a ceder el rebote, habitual arma del bando blanco (36-31, hasta 14 ofensivos para Partizán). Ni siquiera Laso movió esta vez bien las piezas, no entraron tiros decisivos y Felipe (4 faltas en el primer tiempo) y Begic pagaron con técnicas sus innecesarios excesos en una pista donde los árbitros viven en un clima selvático, bajo una presión irrespirable.

El Real Madrid vivió en realidad de destellos de talento. Un poco al principio de Mirotic y Llull, diez puntos de Rudy en el tercer cuarto (terminó con 13 en un día muy discreto) y sobre todo una racha excelsa de Carroll, que dio vida a su equipo con 14 puntos seguidos (y 16 en cinco minutos) en el segundo cuarto. Terminó con 21 puntos y sin flujo de juego en las posesiones decisivas por la mala gestión de un equipo que lo fió todo a sus argumentos individuales y que contó con muy poca ayuda de Ibaka (2 puntos, 3 rebotes y un par de tapones), un Sergio inconstante, un Suárez finalmente desaparecido y, además de la transparencia inaceptable de Tomic, un Begic que sólo apareció a golpe de intimidación al final y cuando a Pekovic apenas le quedaba aliento.

Pero hubo demasiados minutos feos, demasiados agujeros en defensa, demasiada poca capacidad para frenar a un equipo que hizo exactamente lo que se sabía que iba a hacer (lo único que puede hacer con sus armas) y muy pocos recursos en ataque estático: tiros forzados, mala selección, cuestionable circulación, pérdidas... demasiadas cosas feas como para que lo arreglaran un puñado de destellos de Rudy y unos minutos sobrehumanos de Carroll. No fue suficiente y el Real Madrid perdió, cede terreno y tendrá que seguir peleando con el Top 16 a la vista. Así es este grupo de la muerte y así es, tenga mucho o poco en plantilla el Partizán, el infierno legendario del Pionir.