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Martynas Pocius

"Perder el dedo quizá me ayudó a despegar"

El camino de Martynas Pocius (Vilna, 1986) hasta la élite no fue sencillo. En edad escolar perdió un dedo en un accidente con una fresadora, pero con determinación y la ayuda de su padre salió adelante. Le van los retos. Se formó en Duke, creció en el Zalgiris e intenta triunfar en el Madrid.

En el Zalgiris iba al alza, ¿por qué se ha arriesgado a cambiar de país y de equipo?

Me van los retos. Ya estuve antes en EE UU y jugar fuera de casa me gusta. He venido al Madrid porque es una experiencia­ emocionante. El club tiene una gran historia y lo primero que notas es que la presión por ganar es enorme, aunque sea un amistoso. Pero me encanta. En España hay que estar listo para competir, cada rival es durísimo, y en Lituania eso no ocurre.

Ha sufrido a Navarro en el Europeo y luego en la Supercopa. ¿Cree que a su equipo le obsesionan el Barça y su estrella?

Quizá haya ocurrido los últimos años, pero somos un equipo distinto, con varios jugadores que nos hemos incorporado precisamente en el puesto de Navarro. En la Supercopa ni siquiera jugó Rudy y casi ganamos. Estamos en construcción, entrenándonos bien y no nos obsesiona el Barça, tampoco Navarro. Es uno de los mejores escoltas de Europa, en cada partido hay un detalle en el que fijarte de todo lo que hace, y enfrentarse a él es muy duro, pero me gusta el reto otra vez.

El balance reciente de los Bar­ça-Madrid es de 12-2, ¿este año andan más cerca?

Sólo he vivido un partido, pero sí me dio esa impresión. Nadie puede decir que ante el Barça no tenemos oportunidades. Somos un gran equipo.

¿Qué le parece Laso y el estilo de juego que defiende?

Me gusta el entrenador y lo que propone. El estilo es perfecto para mí y para casi todos los compañeros. Además, creo que podremos mantener un ritmo rápido porque somos jóvenes y a la vez con cierta experiencia. Cuanto más insistamos en ese tempo más difícil se le hará a los rivales.

¿Qué opina del debate sobre la idoneidad de los bases?

Honestamente, les miro y no me generan dudas. Hacen correr el balón, justo lo que necesitamos. Un base que marcara un ritmo lento no nos vendría bien.

Perdió un dedo (el corazón de la mano izquierda) en un accidente cuando era un chaval, ¿le molesta que le pregunten?

Fue hace mucho tiempo ya. Perder el dedo me puso, en principio, las cosas más difíciles; pero quizá la desgracia me ayudó a despegar. Cuando pasó mi gran preocupación era si podría volver a jugar. Tuve que empezar de cero, me empujó a entrenarme más tiempo.

Y su padre fue clave, ¿no?

Sí, había jugado antes y su apoyo y sus consejos me resultaron vitales. Hizo de entrenador personal, me exigió y al mismo tiempo consiguió que no me desanimara, que fuera como cualquier otro chico.

¿Pensó alguna vez que jamás llegaría a la élite?

Nunca pensé que fuera un problema insalvable. Hay deportistas corriendo sin piernas o nadando sin brazos. Siempre, siempre lo más importante es tu determinación, si te crees capaz de conseguirlo.

¿Su mano izquierda es más fuerte de lo normal? ¿Hace algún­ tipo de ejercicio?

Trabajé muchísimo después del accidente, pero ya no, porque­ no hay nada que no pueda­ hacer con mi mano.

¿Algún ídolo por entonces?

Siempre Michael Jordan.