Euroliga | Real Madrid 85 - Armani Milán 78
Ibaka debuta y Carroll y Rudy ejecutan al Milán
El anunciado debut de Ibaka despertó a las masas. Magnífico ambiente en la Caja Mágica. La afición, Rudy y una defensa inteligente permitieron al Madrid salvar un 'match-ball': 40-53. Begic, Pocius y Llull jugaron un gran papel, aunque el que más se significó fue Carroll. Muy bien Pablo Laso.
La expectación en la Caja Mágica era enorme, la mejor entrada de siempre en el recinto repudiado, y sí, al final debutó Ibaka sin ningún entrenamiento a cuestas. Apenas tres minutos y medio en la cancha, lo esperado; pero la ilusión que había generado su fichaje se notó en la grada, en una afición que acabó celebrando el triunfo ante el potentísimo Armani Milán al grito de "Rudy, quédate".
Asistimos a un duelo entre dos de los múltiples candidatos a la Final Four, con estrellas de aquí y de allí, con Scariolo enfrentándose a ocho de sus posibles seleccionables, a cuatro campeones de Europa, a la pareja Mirotic-Ibaka, al descartado Suárez. Mil alicientes y alguno más. Épica, sabor a otra época.
Y en medio de tanta estrella, Rudy le dobló el brazo a Gallinari, en un pulso de actores totales, pero con el español más trascendente, más inteligente. Los únicos que desentonaron fueron los colegiados, atizando al Madrid primero y arrepintiéndose luego, con faltas absurdas que rompían el ritmo, castigando a los más jóvenes por decreto. Un excelso Nicholas aprovechó el primer despropósito arbitral (dos técnicas al Real) para firmar ¡13 puntos seguidos en apenas un minuto! Tal exhibición puso al Armani 13 arriba: 40-53.
Con el Madrid malherido, rugió la Caja Mágica como nunca antes y Rudy tiró de galones y de un talento mayúsculo, incluso para gestionar los tiempos muertos. Era la locomotora y el carro a la vez, con él se movía el Madrid, defendía, con él hasta Tomic hilvanaba dos mates. Pero el concierto fue coral: de Llull, de Begic, de Pocius y... de Laso, que gestionó magníficamente sus recursos, los picos de sus jugadores, su ambición.
Cuatro minutos después de arrastrarse por las catacumbas, el Madrid salía del hoyo con un parcial de 18-4: 58-57. Rudy se fue al banco y Pocius percutía aún más, aunque nadie se significó más que Carroll. Puntos exprés, 21 en 19 minutos. Microondas definitivo. El Armani se puso aún uno arriba (71-72); no aguantó el tirón pese a un increíble Hairston. Qué fuerza, qué muelles, qué manera de encarar el aro. Y a eso juega el Armani: cuatro abiertos y a penetrar. De ahí el papel clave de Begic ayer, más útil en las ayudas, en el tapón (3). Para ejecutar ya andaban Carroll y Rudy. Partidazo.