Francia será el rival y esta vez sí irá en serio

Francia zanjó el debate. Ya no son un grupo de estrellas NBA, que naufragan cada verano, ahora son un equipo made in USA. La prueba es que los de Vicent Collet sólo han perdido un partido, la pachanga ante España, y están donde querían: en una final europea y con un billete para los Juegos Olímpicos en el bolsillo. ¿Sus ingredientes? Tener un genio desequilibrante como Parker a los mandos, un jugador decisivo y con buena mano como Batum (el de Portland desatascó al equipo con un triple tras el empate a 40 y lleva dos partidos muy acertado desde 6,75), un superclase como Diaw y una roca en la pintura, Noah.

El cuarteto mágico francés de la NBA no está solo. De Colo ha ido a más; Gelabale fue determinante hasta su lesión de tobillo, Pietrus está cumpliendo su cometido defensivo y Traore, que llegó tras la lesión de Turiaf, ha aprovechado sus pocos minutos.

Rusia resistió porque nunca tira la toalla y porque cuentan con uno de esos jugadores que han contribuido a poner a Europa en el mapa NBA: Andrei Kirilenko. Con doce puntos en el último cuarto situó el 69-64 a falta de tres minutos, pero su recital fue insuficiente ante la determinación de Batum, que volverá a medirse a su excompañero en los Blazers Rudy Fernández. Habrá otro España-Francia, aunque esta vez irá en serio y jugarán Parker y Noah. El oro está en juego.