El cuaderno de Antoni Daimiel
Los genes de los Gasol, un lujo para el baloncesto
Jugando de la mano. Dice Guardiola que de lo que se siente orgulloso es de ser contemporáneo de sus jugadores. Un sentir similar tenemos los coetáneos de los Gasol. Dejando a Nowitzki fuera de competición para no entrar en un debate ya eterno Pau y Marc son los dos mejores jugadores interiores de Europa. Dos gigantes del mundo del deporte que siendo niños caminaron por la calle agarrados de la mano. Ha habido grandes hermanos en el baloncesto FIBA: Los Martín, los Petrovic, Angulo, Jofresa, Arcega, Margall, los actuales Lavrinovic. El caso mixto de los Llorente, los cuatro sobrinos de Gento, es tremendo. Hermanos en la NBA como los Person, los Wilkins, los King o los Barry o los gemelos Van Ardsdale, ambos all-star. Pero cuando se retiren Pau y Marc tendremos la seguridad de que nunca antes hubo una sangre común tan bien repartida para jugar a este deporte.
Cadena de motivaciones. Los serbios celebraron el triple del año pasado de Milos Teodosic como expresión de la venganza contra España tras lo ocurrido en la final del Eurobasket de Polonia 2009. Ayer España tenía presente el modo y el significado de la eliminación del Mundial de Turquía como impulso motivador para activar el rodillo que acabó aplastando a los serbios en el Siemens Arena de Vilna. El técnico Joan Plaza avisó en el Carrusel Deportivo de la SER que no se fiaba de la laxitud y la distensión de Serbia en el último cuarto, que vayan ustedes a saber si se estaban dejando llevar para construir un exceso de confianza en España por si se volvieran a cruzar en semifinales o en la final. Un bucle apasionante.
La 'jet' del torneo. Francia cuenta. Los habituales incrédulos hacia los galos justifican su impacto con motivos baloncestísticos (mejor defensa y mayor pragmatismo en ataque). Yo prefiero tasar la causa de su mejora en la conciencia de grupo, en la pasión común, en el objetivo y la determinación compartidos. A los jugadores franceses siempre, uno a uno, les gustó acercarse mucho al bailar. Ahora todos quieren, creen y practican con gusto una misma coreografía. Han sincronizado movimientos, ideales, propósitos.