Banic-Tomic, una amistad aparcada

Forman parte de la nueva hornada croata que trata de regenerar el baloncesto en un país en que el juego de la canasta es casi una religión. Ante Tomic y Marko Banic fueron la representación de la ACB en la selección balcánica en el último Mundial de Turquía. Allí fraguaron una amistad que ni la guerra sin cuartel de esta semifinal por el título puede quebrar. De hecho, ambos se marcaron durante el primer partido en muchas ocasiones y el bilbaíno dio un manotazo sin querer al madridista que le hizo sangrar por la nariz.

"Fue una jugada fortuita. Somos amigos, pero en la pista no nos guardamos nada. Ante es un jugadorazo; le conozco de sobra y su destino está en la NBA", arranca Banic. "No hay problema. Me pidió disculpas y se las acepté -aclara Tomic-. Nos llevamos muy bien, pero en la cancha no conocemos a nadie".

Tomic fue clave en la toma de contacto de la serie. Pero quiere más: "Hay que aumentar la intensidad defensiva sobre Banic y Mavroeidis, porque están sin Sonseca y tenemos que debilitarles ahí. Me encuentro bien física y mentalmente, preparado para ayudar en esa misión". Además, se propone marcar el territorio. "Queremos ir a Bilbao con un dos a cero para jugar con más tranquilidad. Sabíamos que era importante empezar ganando, para llevar la iniciativa. Además, por fin hemos tenido un gran apoyo del público".

Para el Bizkaia, el partido de hoy se ha convertido en un clavo ardiendo al que agarrarse para no verse cerca del adiós. "El viernes carecimos de la intensidad defensiva de los cuartos de final, pero hay tiempo de reaccionar. Nos faltan centímetros y tenemos que hacer una gran defensa colectiva sobre Tomic. Estamos hambrientos", subraya Banic.