NewslettersRegístrateAPP
españaESPAÑAchileCHILEcolombiaCOLOMBIAusaUSAméxicoMÉXICOusa latinoUSA LATINOaméricaAMÉRICA

acb | real madrid 78 - bizkaia bilbao basket 67

Punto a punto, defensa a defensa, rebote a rebote

El Real Madrid se anotó el primero punto de su semifinal ante un Bizkaia Bilbao Basket que tuvo opciones hasta el último cuarto. La defensa y la aportación de Llull y Tomic, bases del triunfo.

<strong>EL REAL MADRID NO FALLÓ.</strong>
EL REAL MADRID NO FALLÓ.

El viernes por la noche es un horario raro para pelear por un puesto en la final. Los dos partidos seguidos también son rara avis en playoffs y esta vez a la Caja Mágica no le dejó en buen lugar lo que había pasado justo antes en el Palau, donde hubo más ritmo, más juego, más destellos de baloncesto del que gusta ver y no sólo del que gusta analizar. Pero el Real Madrid ganó, mantuvo no sin cierto apuro el muro de su cancha y ya tiene el primer punto de su semifinal, algo importante en lo estadístico y también en lo anímico porque bajó a la tierra a un Bizkaia Bilbao Basket que venía flotando en una nube de bien ganado optimismo. Tampoco le tendría que poder la aflicción ahora: no ha perdido nada, sólo un partido y una oportunidad. Pero los playoffs obligan a más partidos y regalan más oportunidades con márgenes de 48 horas.

El titular de esta crónica es una obviedad. Pero es una obviedad muy descriptiva. El Real Madrid ganó punto a punto, rebote a rebote, defensa a defensa... ganó sin brillo y sin excesos y a base de pasos cortos en un partido de poca velocidad y más cemento que poesía. El equipo de Molin no escribió un soneto sino un tomo lleno de normas funcionariales. Algo como "manual para evitar sorpresas como local ante el equipo revelación. Principios y fundamentos básicos I". Ni el ambiente fue infernal ni el Real Madrid fue un rodillo ni el partido fue una taquicardia. Apenas un amago porque el equipo de Molin falló en el estoque y dejó que un 55-43 terminando el tercer cuarto se convirtiera en un 63-61 sobre el ecuador del último parcial. Cosas de un bloque notable en defensa pero muy justo en ataque, que sudó mucho más de lo que se divirtió. Y que tuvo el acierto para juntar sus acciones de más brillo en los momentos cruciales. A cada acelerón bilbaíno siguió un triple de Llull por aquí, otro de Tucker por allá, un movimiento de Tomic en el poste.... Bastó con eso y con la intensidad defensiva. Nada más.

Bilbao volvió a ser un equipo bien armado y bien trabajado que empezó parando a Tomic por conceptos y cerrando su aro por energía pero al que le faltó acompañamiento en ataque para el constante Banic (18 puntos, 7 rebotes) y el intermitente Vasileiadis (16 puntos, 3/4 en triples). El plan inicial de Katsikaris equilibró el rebote, cerró las zonas y obligó a posesiones largas y muy masticadas. Cuando el partido creció y maduró se metió por inercia en el guión previsto: puntos de Llull (20), puntos de Tomic (15 y 7 rebotes), rebotes en ataque de Felipe (5, 10 en total)... o una jugosa aparición de Tucker en el segundo tiempo (3 triples, 9 de sus 11 puntos). Por lo demás, poco de Sergio y de Prigioni, poco de Suárez, poco de Mirotic, poco de Fischer y presencia testimonial de Velickovic (3 minutos). Suficiente para un Real Madrid cuyas lagunas se ven en el prisma global de las guerras, no en la trinchera de las batallas.

El Real Madrid manda y vive feliz en la ventaja de campo. Tiene al mejor Llull de la temporada, su habilidad genética en el rebote y apariciones dosificadas pero instrumentales, la más cualificada la del a veces tan gélido Tomic. Y tiene su defensa, claro, desde donde gana casi todos los partidos que gana. Con eso le bastó en esta noche de viernes. El domingo, segundo capítulo.