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playoffs acb | barcelona 76 - unicaja 65

El Barcelona se divierte

El equipo azulgrana despega a base de defensa en el tercer cuarto y recupera sensaciones en el último parcial a golpe de triples y mates. Unicaja, inferior, acusó el mal día en ataque de Fitch.

<strong>UNICAJA, DESBORDADO.</strong>
UNICAJA, DESBORDADO.

Peligro para Unicaja y peligro para el resto de gallos de la ACB: el Barcelona ha arrancado fuerte los playoffs. Se ha divertido: mucho peligro. Disperso durante buena parte de la temporada, a veces irreconocible o al menos terriblemente mundano, parece que el equipo de Xavi Pascual llega en buena disposición a la pelea por el título que se le escurrió entre los dedos hace doce meses. Ese es el mensaje de un segundo tiempo pletórico en el que el Barcelona se pareció mucho al Barcelona. Despegó desde la defensa (21-8 en el tercer cuarto, dos canastas en juego de Unicaja) y recuperó después sensaciones. Equilibró la lucha por el rebote, jugó por encima del aro con Ndong y un Fran Vázquez pletórico (4 mates), encontró el tiro exterior (dos triples de Morris, dos de Ingles, tres de Navarro) ...se divirtió. Eternamente sin Mickeal, otra vez sin Basile, con apenas un cuarto de hora de un Ricky renqueante... pero muy parecido a sí mismo. Malas, francamente malas noticias para sus rivales.

Para Unicaja la mejor noticia es que en playoffs todas las derrotas valen igual y que en 48 horas tendrá revancha en su cubil del Carpena. Ganar o vacaciones. Ganar para volver a jugar a la lotería en el Palau, donde ganó hace unos días en liga un partido del que extrajo sensaciones tal vez demasiado positivas. El Barcelona no se jugaba nada y le concedió 84 puntos. Ahora, ya con el cuchillo entre los dientes, 65. Y no es casual: 66 es la media encajada por el equipo azulgrana, la mejor defensa ACB, a lo largo de la temporada. Fitch ejemplificó el cambio de tercio. Sedoso y decisivo el pasado fin de semana, anulado esta vez. Maquilló al final un partido horrendo en el que fue secado y conducido a la locura que tantas veces ataca a los anotadores voraces cuando se les cierra el grifo. No paró de tirar y tirar hasta que dinamitó las rutinas colectivas de su equipo. Tardó más de 28 minutos en anotar y pasó por el descanso en 0/8. Si se le suma que McIntyre resultó testimonial por sus problemas físicos, que Archibald se cargó de faltas en el peor momento y que Carlos Jiménez hizo la segunda cuando estaba gobernando los dos aros (muy rápido) al equipo malagueño le quedaron los triples de Tripkovic en el segundo cuarto (tres casi seguidos pero muy poco más) y el trabajo sordo de Berni y Ruidoso de Freeland. Suficiente para irse al descanso metido en harina: 37-35.

A partir de ahí comenzó una pesadilla que durante quince minutos marcó un parcial de 31-16: 68-51 tras triple circense de Navarro desde ocho metros. Demasiados minutos de la basura para lo esperado. Unicaja tratando de maquillar el marcador y recuperar constantes vitales para el sábado, el Barcelona pasando un buen rato con la explosión de Fran y el goteo genial de Navarro, con problemas de faltas pero terroríficamente resolutivo: 17 puntos, 17 de valoración en menos de 22 minutos. Killer. Sin Perovic y con un Anderson hiperactivo en lo bueno (defensa, rebote) y lo malo (decisiones en ataque), el Palau agradeció la regularidad en el trabajo de Sada, Grimau o Lorbek. Rasgos, otra vez, del Barcelona superior, el que le hace favorito.

Unicaja tiene 48 horas para despejarse y prepararse. Su cancha, siempre difícil, es un hervidero casi inabordable desde la llegada de Chus Mateo al banquillo. Esa es su baza para volver al Palau y forzar la guerra de nervios del partido decisivo. Necesita recuperar su ataque: la salud de McIntyre y el punto de mira de Fitch o Garbajosa. Y frenar a Navarro. Y... y demostrar, en definitiva, que es mucho más que un octavo clasificado enviado al matadero. Eso es lo que se espera del equipo andaluz. El Barcelona, por su parte y sin demasiada presión, tiene una excelente ocasión para avanzar, seguir afirmándose y seguir, si la ocasión lo permite, divirtiéndose.