NBA | DALLAS MAVERICKS 122 | LOS ANGELES LAKERS 86
Los Lakers dicen adiós tras ser humillados en Dallas
Los vigentes campeones de la NBA, a la calle en semifinales de conferencia por un contundente 4-0. Lamar Odom y Andrew Bynum perdieron los nervios y fueron expulsados por los árbitros
Ni batalla plantearon los Lakers. En una de las eliminaciones más humillantes de su laureada historia, los vigentes bicampeones perdieron por 36 puntos (122-86) y en ningún momento dieron la sensación de poder alargar la serie. Ni de tener interés en lograrlo. Si Nueva York no lo remedia con una oferta tipo Vito Corleone, el de ayer fue el último partido en los banquillos de Phil Jackson, el más grande (11 anillos), y aunque ya no sea el que fue, el Maestro Zen no se merecía un final así.
Dallas ni siquiera necesitó otra exhibición de Nowitzki. No, para barrer a estos Lakers rendidos bastó con los suplentes. El protagonista fue Jason Terry, una escopeta de precisión hasta llegar a 32 puntos con 9 de 10 en triples. Como escuderos, el resucitado Stojakovic (21 puntos con 6 de 6 desde la larga distancia) y el diminuto portorriqueño J.J. Barea, con penetraciones temerarias para sus (hinchados) 180 centímetros. Los 20 triples que anotó Dallas son el récord de la historia de los playoffs.
En los Lakers, naufragio general. Regular Kobe, haciendo la guerra por su cuenta. Intranscendente Pau Gasol (10 puntos y 8 rebotes). Patéticos Odom y Bynum, expulsados por sendas faltas de malos perdedores; especialmente cobarde la de Bynum, que pudo lesionar de gravedad a Barea, un gnomo a su lado, al golpearle con el codo cuando estaba en el aire, provocando una fea caída.
Ahora, sin el gurú Jackson, los Lakers afrontan un verano de reflexión. Brian Shaw, actual ayudante y exjugador del equipo, es el favorito para sucederle, pero también se espera movimiento de jugadores. Sin espacio salarial para fichar, sólo le quedan los traspasos. Como dijo ayer Magic Johnson, el único intocable es Kobe. Y el objetivo, difícil aunque no imposible, Dwight Howard. Pero eso será mañana, hoy sólo queda el triste adiós, de los Lakers al playoff y de Phil Jackson a su ilustre carrera.