Los clubes grandes dan un golpe de estado en la ACB

El martes se conoció la dimisión de Josep Senespleda­, director general de la ACB, que ha optado por marcharse ante las fuertes presiones de los clubes con mayor presupuesto, encabezados por Josean Querejeta. El máximo dirigente del Baskonia también le ha pedido que se vaya a Eduardo Portela, presidente de la ACB. Los grandes quieren que a partir de octubre cambie su cargo ejecutivo por uno honorífico, el de presidente de honor.

Los clubes más poderosos han dado un golpe de mano para hacerse con el control de la asociación, aunque los de menos recursos se oponen a este movimiento, porque creen que va encaminado a mantener los privilegios de los equipos con plaza fija en la Euroliga y a reducir los participantes en la Liga, incluso se ha hablado de sólo doce en un futuro no muy lejano. De momento, y hasta que se aten todos los cabos, los grandes han pospuesto ya en dos ocasiones la Asamblea de la ACB. A este grupo, en el que Querejeta ejerce de portavoz, le respaldan sólidamente Real Madrid, Barcelona, Unicaja, Valencia, Valladolid, Bilbao y Lagun Aro.

Comisión.

Estos ocho clubes se han hecho fuertes firmando una carta junto a CAI y Manresa, una especie de declaración de intenciones, que les ha llevado a una reunión fuera de los cauces ordinario, en una cena. En la carta se establece que Baskonia­, Madrid, Barça y Unicaja deben ser fijos en la comisión delegada. Joventut­, Meridiano, Fuenlabrada, Granada y Cajasol desa­prueban que estas decisiones drásticas no sean consensuadas en la Asamblea, que continúa sin fecha definida. Otros, en cambio, todavía no han mostrado una postura definitiva.

Nadie veía a Senespleda como hombre fuerte, pero algunos pensaban que podría haber ayudado en el relevo presidencial. Ahora hay una nueva división en el seno de la ACB, con muchos puntos por aclarar: el contrato de televisión, el formato de competición, el acuerdo con la Euroliga...

Y a todo esto la rebelión la gesta Querejeta, logrando en primer lugar el apoyo de los otros dos clubes vascos. Lo que sorprende es que Madrid y Barça se alineen bajo su liderazgo, cuando sus intereses no siempre coinciden. El Baskonia, por ejemplo, presiona para que se mantengan las retransmisiones de las televisiones autonómicas, que son positivas para los patrocinadores locales del club alavés, pero que a los grandes no les dan ni mucho dinero ni grandes audiencias.