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Baloncesto | Las Tablas de Daimiel

Déjeme que le explique, señor presidente

Daimiel
<b>PALCO. </b>Pérez junto a Miró (Generalitat) y Santamaría (directivo).
dani sastre

El Real Madrid vuelve a mantel de estrellas Michelín después de una eternidad de banquetes modestos en mesas pegajosas. Pasando de corista a artista protagonista quizá el verdugo deje de acariciarte el cuello. La presión transformada en reto, la ilusión desenfrenada deja frases como la de que jugar una Final Four sea equiparable a ganar un Mundial (Felipe Reyes). A los restaurantes de postín hay que acudir con billetera llena y ropa para la ocasión. El equipo irá en mayo a Barcelona con mentalidad, hambre y capacitación. Y una plantilla de El Corte Inglés (tiene de todo pero barato no es). Ser el Madrid tiene que costar un dinero, en baloncesto también, siempre que los goces de la afición y el presupuesto se intercambien regalos de manera alternativa. Aprovechando la presencia viva de Florentino Pérez en la Caja Mágica la sección de baloncesto tiene que rentabilizar el mayor éxito continental en tres lustros con argumentos sugerentes y demostrativos de la fidelidad de la recompensa a la inversión. Un ejemplo: la clave del partido decisivo de una serie tan igualada fue el rebote de ataque. Las segundas oportunidades pueden ser muy buenas como usted bien sabe. También en baloncesto. Tuvimos dieciséis tiros de campo más que el Power Valencia gracias a la rotación amplia de los pívots y a la energía con la que se emplearon. Incluyendo a Carlos Suárez, que usted sabe que costó lo suyo. Pero, ¡qué partido se marcó! presidente, los centímetros se pagan. Usted sabe que Messina los quería grandes. Y si grandes y con experiencia, valen más. Y si meten los tiros libres y pasan bien el balón, mucho más aún.