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euroliga | real madrid 71 - power electronics 65

Sangre, sudor y rebotes

Cinco puntos en el último minuto de Mirotic salvan a un Real Madrid que sufrió mucho en un partido extenuante ante un Power Electronics siempre vivo pese a su naufragio en el rebote.

<strong>SUFRIDO TRIUNFO.</strong>
SUFRIDO TRIUNFO.

Alguien saldrá muy preocupado de este partido y seguramente será el Power Electronics. Porque al final manda lo práctico y el Real Madrid ha colocado el 1-0 en la serie: dinero en el banco. Los fantasmas y los traumas apenas tienen 48 horas para revolotear y eso es lo bueno, o lo malo, de este sistema de competición. Los ajustes y análisis también se tienen que hacer con absoluta urgencia. En 48 horas, más. Más sangre, más sudor... y más rebotes.

Porque el Real Madrid ganó por cinco puntos de Mirotic que cambiaron en el último minuto un 64-65 por un 69-65. Pero ganó sobre todo por el rebote, en el que sometió de una forma atroz a su rival. Se sabía que ahí el Real Madrid tenía ventaja y se sabía que ahí estaba una clave. Pues 42-26 para el equipo blanco con 21-9 en rechaces de ataque. Eso es una diferencia abismal, un abuso que no describe un partido que llega 64-65 al último minuto. Ni eso ni el triste 60% de los valencianos en tiros libres. Y con todo, el partido en el aire en las últimas tres o cuatro posesiones. Por eso puede estar preocupado el Real Madrid, porque zozobró pese a esos datos tan favorables. Y por eso estará aún más preocupado el Power Electronics, porque perdió cuando pudo ganar. Mala cosa en series a cinco partidos que tienen, otra vez, algo bueno y algo malo para todos, algo que las democratiza: en 48 horas, más.

Reboteó tanto el Real Madrid que tuvo muchos más tiros que un rival al que ese agujero en su aro le impedía sacar réditos de su buena defensa, asfixiante en la línea exterior. En oposición, el Real Madrid cerró bien su aro pero concedió puntos fáciles tras pérdidas evitables, un error dramático en partidos de estas características, sofocantes hasta la histeria. Si el Real Madrid no ganó antes y no ganó mejor es porque a su actividad defensiva y su dictadura en el rebote no les acompañó un mínimo de frescura ofensiva. Sólo dos rachas, dos fases en las que pareció que podía desmontar a su rival: 17-7 en el inicio, 43-36 tras el descanso. Power Electronics siempre remaba y siempre volvía y el Real Madrid parecía corto de gasolina pero finalmente con más efectivos, más recursos. Al final apareció Mirotic y al principio Llull, siempre trabajaron Suárez y Fischer y dentro Felipe tuvo momentos del mejor Felipe (10 puntos, 9 rebotes, 8 en ataque) y Tomic resultó determinante en el último cuarto (14 puntos) en parte porque Molin le mantuvo en pista con 4 faltas y un mundo por jugar. Una decisión arriesgada que salió bien cuando el Real Madrid jugaba también con un Mirotic hasta entonces desaparecido y un Tucker hasta entonces negado. A ese final llegaron muy justos de fuerzas Prigioni o Llull. De Velickovic y Begic no hubo noticias, otra vez.

¿Y el Valencia? Con sus armas y su trabajo defensivo, con argumentos de juego y dureza psicológica para hacer la goma durante muchos minutos. Supo llevar el partido al alambre, al cortocircuito, pero terminó desfondado. Le faltó continuidad. De Colo firmó un gran segundo tiempo y casi gana el partido al final, Rafa Martínez anotó sin la fluidez que le hace letal y Cook dirigió bien pero no vio aro. Dentro, Javtokas y Lishchuk trabajaron y Savanovic no estuvo, acosado por las faltas personales.

Pesic planteó bien el partido y Molin respondió bien a las necesidades físicas y constructivas del Real Madrid y todos se citan para el jueves. Quizá el Real Madrid abra una brecha abismal o quizá Power Electronics ponga en su pista de Valencia la única ruta posible hacia la Final Four. Quizá el Real Madrid no rebotee tanto pero quizá mejore sus porcentajes (1/18 en triples tras meter los tres primeros y antes de que Mirotic metiera el último, decisivo). Quizá Power Electronics cierre su aro y meta los tiros libres. Quizá Llull anote con fluidez o quizá lo haga Rafa Martínez. Quizá decidan los destellos de Mirotic o los de De Colo. Quizá... así son los playoffs de la Euroliga, máxima tensión en espacios claustrofóbicos: en 48 horas, más.