Jiri Welsch, uno de los hijos pródigos del baloncesto checo, regresa a casa y lo hace con un objetivo: la clasificación para los cuartos. "Ojalá podamos poner al Nymburk con el 0-5. Lo siento por mis paisanos, pero quiero llegar lo más lejos".

El equipo checo se traslada a Pardubice en la Eurocopa (su pabellón no cumple los requisitos), localidad a 80 kilómetros de Nymburk. "Me hace mucha ilusión. Quitando cuando he jugado con la selección es la primera vez que regreso a mi país y, además, voy a la ciudad donde nací, fui al colegio...". Su entorno está revolucionado. "Llevo ya tiempo hablando con mi familia sobre este día. Me va a venir a ver mucha gente y ya tengo programada una cena después". Welsch, el último checo que probó en la NBA, tiene recambio a corto plazo: Jan Vesely, elegido mejor joven europeo. "Es un buen chico con un talento inmenso. Le veo allí muy pronto".