El conjunto malagueño estuvo muy irregular y fallón en el primer cuarto ante un Lagun Aro eficaz, que aprovechó los errores de los locales para crear la incertidumbre en los aficionados cajistas 13-18. Los nervios afloraban en los jugadores dirigidos por Aíto García Reneses, que debido a sus protestas a los árbitros recibió una técnica.

El equipo malagueño sabía que era una de sus últimas oportunidades para continuar con opciones de ir a Madrid y quizás esa incertidumbre le sirvió para cambiar rotundamente en el segundo periodo, con dos jugadores destacados, el base estadounidense Terrell McIntyre y el pívot griego Giorgos Printezis, que pusieron en franquicia el encuentro con un parcial de 17-2 en el minuto 16.

La defensa agresiva y profunda del Unicaja había hecho el milagro ante un equipo donostiarra que se desinfló y que mostró pocos argumentos ofensivos, solamente el pívot David Doblas, ingenioso, intentaba sumar puntos. Seis puntos en el segundo cuarto condenaron a los visitantes a una derrota parcial.

No mejoraron excesivamente las cosas para los visitantes en el tercer periodo, aunque tuvieron más argumentos para atajar la defensa agresiva del Unicaja, sobre todo cuando los jugadores cajistas se tomaban un respiro por la intensidad física. A pesar de algún acercamiento del Lagun Aro, el equipo malagueño controló siempre el partido.

El Lagun Aro, errático y escaso en el lanzamiento, necesitaba que su mejor jugador, el escolta Jimmy Baron, demostrara sus cualidades y doce puntos consecutivos con dos triples sembraron el pánico en el Unicaja 57-54, minuto 37. Relajación en los cajistas con muchas imprecisiones, aunque a continuación lo arreglaron cuando volvieron a desarrollar su entramado defensivo y asfixiaron a los tirados visitantes con un parcial de 12-2.