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José Luis Sáez

"No me gustaría repetir década, quiero crecer"

El presidente de la FEB hace balance de la década dorada, que se cierra con 44 medallas y la creación de su Fundación. Los próximos diez años también le ilusionan. Está el Mundial de España 2014 en el que espera que la Selección siga siendo tan competitiva como hasta ahora.

R. G. Santos
José Luis Sáez.
felipe sevillano

En una semana cierran una gran década (44 medallas).

El balance es muy positivo por el crecimiento en estos años. No hay que quedarse con los éxitos puntuales porque hemos crecido desde un punto de vista deportivo, promocional, institucional, económico Todo eso hace que el baloncesto español tenga hoy una magnífica credibilidad.

¿Qué cree que ha cambiado en estos diez años?

La mentalidad: empezamos a creer que podíamos ganar. Nuestros deportistas se definen ahora por la competitividad.

En Lisboa 99 aparecen los júniors de oro. ¿Cree que fue el comienzo de todo?

Es quizá el inicio, pero sin olvidar lo que ya existía. Ese año, por ejemplo, conseguimos una plata en el Europeo de París. Allí había gente importante en un concepto que nos define: el compromiso. Si a eso le unes el talento, el desparpajo y la nueva mentalidad, obtienes los éxitos de estos años.

¿Con qué se quedaría de esta década?

Es como preguntar a quién quieres más a tu hijo o a tu hija. Están los buques insignia que son los campeonatos, con los oros de la absoluta, los seis podios de las chicas o las categorías inferiores liderando el ránking europeo. Pero hay mucho más: los proyectos sociales, el reconocimiento de la calle...

Habla de los éxitos en los campeonatos. ¿No le preocupa la exigencia que se ha generado alrededor?

La exigencia te la da el palmarés. Cuando tú estás entre los mejores, la gente te exige. Prefiero encontrarme esa exigencia, que andar en el anonimato.

En estos diez años también ha habido momentos malos.

Más bien momentos duros, pero en todos vi a equipos que sufrieron con compromiso y rabia. A partir de ahí intentamos asumir esos momentos y no ocultarlos. Somos responsables de los éxitos y de los fracasos.

Hubo dos recientes: el Europeo de Polonia, cuando las cosas no terminaban de funcionar, y el pasado Mundial de Turquía, donde finalizaron sextos.

Lo que queda siempre es el final y en Polonia ganamos. En Turquía, hay que ser claros: no cumplimos con el objetivo. Ése era luchar por las medallas y todos somos responsables.

Han pasado ya tres meses. Con la perspectiva actual, ¿qué ocurrió en el Mundial?

Fue un toque de atención. Estoy convencido de que a Lituania vamos a ir como siempre, a por el mejor resultado. Tenemos equipo para ello, pero aprendimos que hay muchas selecciones que, en un determinado momento, pueden ganarnos.

Ha insistido en que Turquía no supone el final de un ciclo.

Yo lo creo; espero y deseo que se demuestre. Nunca ha habido un fin de ciclo: hay jugadores que han ido entrando y saliendo por edad y otros que deben demostrar ahora que tienen calidad para estar.

¿Cree que Scariolo puede reconducir la situación?

En los próximos días me voy a reunir con él, pero considero que sí. Si tuviera dudas no estaría al frente.

Entonces, ¿no va a buscar una cabeza de turco?

A mí no me gustan las cabezas de turco. Me parece una explicación simplista. Para mí sería mucho mejor, más fácil. Pero las cosas no son así.

¿Cómo se toma la Federación su marcha del Khimki?

Nos transmite más tranquilidad. Sergio siempre le ha dedicado muchas horas a la Selección; eso nunca se le podrá reprochar, pero su trabajo se facilitará viviendo en España. Tenemos un campeonato muy importante y debemos llegar al cien por cien.

Nuestro último verdugo fue Serbia, un equipo joven. ¿Puede ser el relevo de España?

Se lo tienen que ganar en el campo. Creo que hay muchos jugadores y capacidad para seguir estando por encima de Serbia. Mirando a los jugadores españoles, no envidio a nadie de los que están enfrente.

Pero ya no existe una generación como la del 80; los jóvenes llegan con cuentagotas.

No me preocupa. Hay jugadores como Rudy, que es determinante; como Marc, que es excepcional... Jugadores importantes entre 20 y 23 años. Todo lo que viene detrás. El éxito futuro dependerá de si se mantiene el grado de compromiso porque no dudo del talento.

Con vistas a la próxima década, ¿cómo ve a Mirotic y a Rabaseda?

Con muchísima esperanza. Hay jugadores en los que creo bastante, uno de ellos es Rabaseda, y Mirotic es potencialmente de lo más ilusionante que tenemos.

¿Hay algún puesto que preo­cupe más?

Cambia cíclicamente. Siempre hemos tenido problemas en la posición del tres, la de Carlos Jiménez, pero estamos deseando que Suárez dé el salto.

Pero sí que no hay grandes cincos.

Tendremos que suplir esa falta de centímetros con jugadores más versátiles. Se vuelve a proteger más al talento que a la fuerza y ahí seguiremos siendo competitivos.

La nacionalización de Ibaka ayudaría.

Si pudiera nacionalizarse sería otra opción más, pero no hay que cargar de responsabilidad a nadie: ni a Gasol, ni a Ibaka, ni a Llull. Esto es un equipo.

Pero eso fue lo que pasó en el equipo femenino con la nacionalización de Lyttle.

Era una posición en la que teníamos carencias y con Sancho conseguimos competir a nivel mundial. Quiero que este salto sea definitivo.

¿Qué le pide a la nueva década?

Seguir creciendo.

¿No firmaría quedarse como está?

No me gustaría repetir, quiero crecer y convertir al baloncesto en un referente.

La Selección vende. ¿Algún consejo para las ligas?

El público se siente identificado con la Selección, pero las competiciones de clubes están teniendo problemas de ubicación, de conocimiento del público. Además, hay otra opción atractiva que es la NBA.

Habla de identificación. ¿Cree que la gran cantidad de extranjeros las debilita?

La creación de ídolos es necesaria. Me gusta el jugador nacional y el que permanece muchos años. Si todos cambian media plantilla, es difícil crear ídolos.