Nueva derrota como visitante del Real Madrid ante el único equipo que le había puesto en apuros en la Euroliga en la Caja Mágica y al que ganó entonces con favor arbitral incluido con un triple que los colegiados convirtieron en una canasta de dos. Los alemanes, ya sin opciones de clasificación para la siguiente ronda, se tomaron la visita de los de Messina como una oportunidad para dejar un buen sabor de boca entre sus aficionados en su despedida del torneo en casa, y lo lograron. El tiro exterior, que contó con Suput y Jacobsen como protagonistas principales, acabó aniquilando cualquier posibilidad de remontada de un Real Madrid que estuvo siempre por debajo en el marcador. El equipo español, que pugnaba por la segunda plaza, queda ahora envuelto en un triple empate en dicha posición con Unicaja y Lottomatica Roma.

Los de Messina comenzaron con su cinco habitual formado por Reyes, Llull, Sergio Rodríguez, Tomic y Suárez. Tras unos primeros ataques de tanteo en los que ambos equipos alternaron aciertos y fallos, fue el equipo local el que tomó la iniciativa en el partido con dos lanzamientos desde el perímetro que le dieron la primera ventaja. Mientras tanto el Real Madrid dejaba claro que necesitaba más tranquilidad a tenor de la precipitación que se observaban en sus jugadas. Las cosas no marchaban y Messina solicitó el primer tiempo muerto del choque (10-6) para pedir una reacción inmediata a los suyos. Con Llull desaparecido y con Suput en plena racha en los lanzamientos de tres, el Bamberg aumentó su máxima ventaja (13-6). El Madrid estaba obligado a frenar el ánimo de su rival con una circulación más fluida del balón que aminorase sus posibilidades de tiro. A falta de un minuto para la conclusión del primer cuarto y ocho abajo en el marcador, apareció Llull para clavar un triple y cortar en seco la euforia local. Un parcial de 0-5 conseguido por los madridistas evitó una ventaja abultada para los locales. Al final del primer asalto el resultado fue de 20-17 con Llull como máximo anotador con tan sólo cinco puntos y con Fischer como dominador bajo el aro, con cinco rebotes. Los diez primeros minutos de partido fueron complicados para el equipo español. Lograron frenar varias oleadas alemanas, pero no destacaron ni en defensa ni en ataque.

El Bamberg utilizó con acierto la velocidad de sus jugadores para entrar desde fuera hacia adentro en la gran mayoría de sus jugadas de ataque. Estaba claro que el Madrid necesitaba como objetivo prioritario ganar confianza por medio del aumento en el porcentaje de tiro de campo. El comienzo del segundo cuarto sirvió para ver a un Madrid enorme en el rebote ofensivo y defensivo, aún así los de Messina mantenían unos pobres porcentajes en sus lanzamientos a canasta. La fortuna no acompañó a los de Messina, que anotaron tan sólo un triple de los ocho primeros intentos. Esto obligó a buscar un juego interior que complicaba mucho la sólida defensa alemana. Con seis abajo en el marcador (27-21) y posesión para el Bamberg, Messina se vio obligado a pedir un nuevo tiempo muerto ante las imprecisiones cometidas por su equipo sobre la cancha y para evitar que el rival se marchase de forma definitiva en el electrónico. Los consejos del técnico blanco tuvieron efecto y los blancos llegaron a empatar (31-31) a falta de minuto y medio para el intermedio. En los últimos minutos del segundo cuarto, Suput y Llull se echaron a la espalda a sus respectivos equipos para llegar al descanso con seis puntos de ventaja para los locales (37-31). Llull con ocho puntos y Fischer con ocho rebotes fueron los hombres más destacados del Real Madrid. La figura de Predrag Suput, con trece puntos, era por aquel entonces insalvable para el Madrid.

A medida que avanzaba el partido, la actuación de Sergio Llull fue mejorando, pero no era suficiente. El Bamberg continuó presentando batalla a pesar de no jugarse nada y en un nuevo arreón volvió a alargar el marcador hasta una diferencia de once puntos (50-39), máxima del partido, que encendió la luz de alarma en el conjunto de Messina. El acierto en el tiro de larga distancia de los de Fleming acabó desesperando al conjunto español, que entró en una dinámica de intercambio de canastas que no le servía para arreglar el roto que reflejaba el electrónico. A la magnífica actuación de Suput se sumó la de Jacobsen con un carrusel de triples consecutivos que produjo una hemorragia de puntos en el conjunto español (62-47) y que minó su moral. En los minutos previos al comienzo del último cuarto (62-51) la cara de Messina reflejaba lo complicada que tenía su equipo la victoria. Los once puntos de diferencia no eran insalvables, pero sí ponía el partido muy cuesta arriba al conjunto español. Suput y Jacobsen, con 14 y 15 puntos cada uno, mantenían arriba a su equipo mientras que Llull, con 13, intentaba sujetar a los suyos en lo que parecía un tropiezo inevitable.

Una leve reacción de los de Messina redujo la ventaja a siete puntos (65-58) en los primeros tres minutos del último cuarto. El Real Madrid se comenzó a mostrar más seguro en defensa. La mejora blanca redujo la diferencia a tan sólo cuatro puntos con cinco minutos aún por delante. Cuando todo hacía indicar que el Madrid estaba preparado para asaltar el electrónico, el equipo local volvió a echar mano de los lanzamientos desde el perímetro para acabar con las esperanzas de los jugadores españoles, que acabaron resignados ante el acierto anotador de su rival. Resultado final de 82-75 y nueva derrota del Real Madrid como visitante. Llull (16 puntos), Fischer (15) y Garbajosa (14) fueron los más destacados del conjunto español.