Seguro que a Joan Plaza no le faltaban referencias de Will Solomon, pero por lo visto cualquier opinión más hubiese ayudado. Este travieso base que ya va camino de los 33 años tiene algo en común con Pau Gasol: fue rookie en el año 2001..., en los Grizzlies. Luego, en 2008, le tocó chupar banquillo en los Raptors a la sombra... de Calderón. Pero Solomon en la Eurocup es un bicho. Y siempre llama a la puerta dos veces. Jugó dos veces en el Fenerbahce y ahora vive una segunda juventud en el Hapoel Jerusalén. Ayer destrozó al Cajasol: 26 puntos en 33 minutos con unos porcentajes espectaculares. Solomon, nombre del último rey de Israel (tal vez de ahí u querencia al baloncesto hebreo) no encontró respuesta en Louis Bullock, seguramente la gran esperanza del Cajasol para responderle en el plano ofensivo. Sweet Lou es un grande pero fracasó ayer. Tiró poquísimo y no jugó mucho más. Su actuación fue un lastre para el Cajasol, que cayó derrotado (72-76) a pesar de ponerle corazón. En eso nunca se le reprocha nada. De hecho, tuvo el partido en su mano pero Satoransky perdió un balón clave después de jugar un partido sobrio. El checo promete. El Caja claudicó pero recibió una buena noticia porque el Nymburk derrotó al Riga y es posible que cuando visite la Explanada de las Mezquitas sólo se esté jugando la primera plaza de grupo.
Plaza sigue buscando. El Cajasol funcionó como un reloj la temporada pasada. Ahora es irregular. Deprimente a ratos, en otros devastador. De momento, sin catalogar. A ver a qué rompe. Para que la dirección sea la adecuada, imprescindible el pegamento Kirksay: 19 puntos y 9 rebotes. "No vamos a bajar la cabeza", dijo envuelto en su cinta cuando terminó el partido. Seguro que también quería decir que con un poquito más de calor humano en San Pablo las cosas hubieran sido distintas. Para ganar en Europa, para intimidar, la presión es el primer mandamiento. Y ayer había eco.