Final del partido en el Madrid Arena. Victoria madridista con holgura sobre el Lagun Aro y todos contentos... hasta que por megafonía anuncian que el encuentro de Euroliga contra el Brose se juega el jueves a las 20:45, en la Caja Mágica. El público que salía de este recinto circunstancial recibe la noticia con pitos, mostrando su descontento con la que será la cancha del Real Madrid durante las próximas cinco temporadas, al precio de 5,5 millones de euros, si nadie lo remedia.

Lo cierto es que el paso de los aficionados por el Madrid Arena ha agravado su malestar por el traslado del equipo a la Caja Mágica, obra de Dominique Perrault que costó 160 millones de euros. No se discute su estética ni su modernidad, pero como cancha de baloncesto no ha gustado a nadie. Hay quejas sobre el acceso, el entorno, los palcos, la ubicación de las cámaras de televisión y las esquinas de las gradas, y el domingo, en comparación, la instalación de la Casa de Campo salió ganando.

Respuesta.

En el club no esconden su preocupación y el director deportivo de la sección, Juan Carlos Sánchez, reconoció ayer en la Cadena SER, que en la Caja Mágica "hay mucho que mejorar. Hay fallos y cosas que no están bien hechas y que hay que cambiar. Pero es un proceso que requiere tiempo". Pese a todo, Sánchez se mostró "muy satisfecho. Hemos cambiado una plaza de toros por unas instalaciones modernas". Por desgracia, el madridista de a pie no comparte esta opinión.

La afición avala la cancha de la Casa de Campo

El Madrid Arena sería una alternativa bien vista por los aficionados madridistas, por su ubicación en un entorno tranquilo, el acceso en transporte público y la cercanía de la grada a la pista, como se puede comprobar en la foto. Además, no se hace un uso constante de la instalación que pudiera entorpecer la celebración de los partidos. El Palacio de Deportes también goza del beneplácito popular.