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Amaya Valdemoro

"Sólo me falta ganar el oro europeo en 2011"

Con 14 años se trasladó a Salamanca buscando un sueño, convertirse en jugadora de baloncesto. Veinte años después, Amaya (Alcobendas, 18-08-76) lo ha ganado casi todo: Ligas, Copas y hasta tres anillos de la WNBA. Sólo se le resiste el oro europeo, pero Polonia está a la vuelta de la esquina.

Raquel G. Santos
"Sólo me falta ganar el oro europeo en 2011"

Ya ha pasado más de una semana desde el bronce mundial. ¿Lo ha asimilado?

Poco a poco. Sigo con la agenda muy apretada porque de la noche a la mañana nos hemos hecho famosas.

Pero usted ya era famosa, porque si se piensa en baloncesto femenino, se piensa en Amaya Valdemoro.

Soy afortunada porque soy la cabeza visible, pero entreno lo mismo que todas mis compañeras. Ojalá este bronce sirva para que se reconozca el trabajo que hacen ellas en el anonimato.

Siendo la cabeza visible, ¿se siente con más responsabilidad?

No. La responsabilidad la tengo cuando salto a la pista. Además, el año pasado fue tan duro (pasó varias lesiones) que pensé que, con todo lo que había ganado, lo único que me quedaba era seguir disfrutando.

Además, le salió el Mundial perfecto (17,7 puntos).

Ayudó la llegada de Lyttle porque nos ha hecho quitarnos un peso de encima a muchas jugadoras. Es un seguro de 20 puntos y 10 rebotes todos los partidos. Quitó presión y abrió espacios para que todas estuviésemos más cómodas.

Pero cuando se jugaban el pase a las semifinales ante Francia, Lyttle estaba lesionada y usted dirigió la remontada. ¿Es la líder de este equipo?

No me considero la líder. Eso lo decís vosotros. Me halaga, pero sobre todo porque es un reconocimiento a que me dejo hasta el alma en la pista. Termino destrozada física y psicológicamente. En el partido de Francia, a lo mejor, yo fui la más visible, pero no estuve sola. En esa remontada aportaron igual todas mis compañeras.

¿Qué se le pasó por la cabeza al meter la canasta que forzó la prórroga?

Mi intención era tirar un triple, pero encontré hueco y dije 'pa dentro'. Sabía que íbamos dos abajo, pero cuando metí la canasta me puse tan nerviosa que no sabía si habíamos ganado, perdido, forzado la prórroga... Y miraba el marcador y no veía nada.

Y el año que viene, si todo va bien, la Selección aspira al oro en Polonia.

Ahora con el bronce mundial, nos van a pedir podio, podio y podio y quedar entre las tres primeras no es tan fácil como parece. Somos un equipo que hemos conseguido todos estos logros compitiendo por encima de nuestras posibilidades. Había selecciones que asustaban, pero nosotras con nuestra casta, técnica y pundonor lo sacamos siempre adelante. En Europa están Rusia, República Checa, Bielorrusia o Francia. Somos cinco equipos y sólo tres medallas.

Pero ese oro europeo en 2011 sería el broche perfecto para su cierre de carrera.

Ya se lo dije a Sancho: 'El año que viene vamos a por el oro'. A mí es lo único que me falta por ganar en un Europeo y me moriría si lo conseguimos.

Habla de Sancho Lytte, ¿cómo la ha visto?

Muy integrada y encantadora. No dice 'no' a nada. Es una tía diez y ojalá esté muchos años con nosotras. El año que viene está el problema de la WNBA, que coincide con el Europeo, pero ella quiere ir. A ver si la liberan durante el campeonato.

En 2009, por ejemplo, Rusia amenazó a Becky­ Hammon con retirarle el pasaporte ruso si no jugaba el Europeo.

(Risas) Aquí con los pasaportes no es como en Rusia que se los dan y se lo quitan. Aquí eso no lo podemos hacer. De todas formas, creo que ella se ha sentido muy a gusto y va a querer venir. Y si no, ya estaremos nosotras acribillándola para que venga.

¿Cómo definiría a esta Selección española?

Ganadora y luchadora. Somos unas ganadoras natas y por eso hemos conseguido tanto.

Desde este bronce, les han comparado un poco con la Selección masculina.

No tienen que compararnos porque somos dos equipos diferentes. Ellos han hecho historia. Nosotras jamás podríamos pensar en un oro olímpico y ellos sí pueden. No hay que hacer comparaciones porque éstas son injustas.

Pues sigamos hablando de comparaciones. A usted la llaman La Pau Gasol del baloncesto femenino.

No lo soy. Creo que lo hacen porque somos los referentes. Que a mí me comparen con él, me halaga pero no tenemos que ver nada él uno con el otro.

Pero por veteranía, él tendría que ser 'El Amaya Valdemoro' del baloncesto masculino.

(Risas) Ahí gano a todos y a todas.

Usted tiene tres anillos y Gasol puede igualarla.

Que consiga todos los que pueda y alguno más. No nos podemos comparar tampoco en eso. Yo disputaba pocos minutos y él es un pilar básico.

Entonces, tampoco ve comparaciones aquí tampoco.

Es un super crack y cuantos más anillos consiga, más relevancia tendrá el baloncesto masculino y el femenino porque a nosotras siempre nos toca algo.

Tras jugar en EE UU, Brasil, Rusia... decidió volver a España y ahora cambia de aires para jugar en su Madrid natal. ¿Lo ha ganado ya todo como para que primen otras cosas?

Soy honesta y estaba cansada de ir siempre con mis maletas de un lado para otro. Terminaba contrato con el Ros y tenía la oportunidad de seguir en equipos fuertes para disputar títulos fuera de España, pero no me veía con las fuerzas suficientes. En Rivas estoy en mi casa y con el objetivo de intentar hacer grande a este equipo.

¿Ganando la Copa?

Pido paciencia. Veo muy difícil arrebatarle un título a Ros o a Avenida. Sería injusto pedirnos ya un título porque a este equipo le faltan aún un par de añitos.

Patrick Baumann dejó caer una serie de modificaciones para impulsar el baloncesto femenino, por ejemplo bajar la canasta. ¿Qué le parece?

No soy partidaria. También me han dicho que otro sería cambiar los uniformes y tampoco estoy de acuerdo. Sí que creo que jugamos con ropa demasiado ancha, pero no creo que tengamos que ir enseñando cacha para la gente que nos venga a ver. Somos deportistas, no modelos.

La Selección llevo una temporada el body, que tan de moda puso el equipo australiano.

Yo estaba en contra. Sí que es verdad que una vez que te acostumbras es cómodo, pero te sentías como desnuda.