ACB | Real Madrid 81 - A. Manresa 63
Más elogios para Suárez en el día de la Caja Mágica
El Madrid estrena cancha con 7.100 aficionados y un triunfo claro.
El Madrid inauguró la Liga, el 30 de septiembre, con un Carlos Suárez estelar ante el Estudiantes. Diez días después, más elogios para el de Aranjuez. La brillante luz de la Caja Mágica le iluminó de lleno. Puro resplandor. Se ha adaptado tan rápido al equipo que él mismo se sorprende. No entiende ni cómo ni por qué, pero desprende confianza, seguridad plena. Sabíamos que era un jabato en el rebote, que al poste bajo hacía pupa; pero es que ahora se destapa como un tirador muy fiable. La línea del triple se ha alejado medio metro y utiliza más las piernas para lanzar. El resultado, de momento, espectacular: 7 de 13 (54%) en dos encuentros.
De un porrazo ha solventado una de las limitaciones que se intuía en la plantilla blanca: la falta de francotiradores. Los de Messina suman 19 triples en Liga con un 42% de acierto. Me dirán que Suárez ya las metía de tres en el Estu (40% la pasada campaña); sí, aunque nunca contagió tanta esperanza. Su techo, entonces, tres dianas desde 6,25, es ya una cota habitual.
Suárez fue la confirmación positiva en un estreno a medio gas de la Caja Mágica. Mucha luz, pabellón atractivo, magníficas instalaciones y, ayer, poco más de media entrada en pleno puente. Mejorará. Quizá deba hacerlo también el club recolocando las localidades que bordean la pista, sobre todo, enfrente de los banquillos, donde se levanta el palco y queda un vacío grande a los lados. Transmite gelidez. Ese frío se sintió en el arranque del duelo, donde "el Madrid no le cogió el punto a la defensa" (Messina dixit). "Presionamos incluso hasta en exceso en los últimos segundos de algunas posesiones, permitiendo entradas cómodas". Bien ahí el eléctrico San Miguel, y Dani López.
Que el Real anotara 47 puntos al descanso y el partido siguiera abierto, lo dice todo. A destacar el entendimiento entre Llull, Suárez y Reyes. Tomic volvió a medias. En lo negativo, vimos a veces a Sergio Rodríguez superado en defensa y a Fischer, descolocado, pese a sus rebotes y mates. Como Velickovic, que no acaba de verse de tres y de cuatro. El Madrid se calentó al final del segundo cuarto (14-2) y firmó un gran tercero. Bien Tucker, seleccionando tiros. El colofón lo puso Mirotic con un entradón. El Assignia Manresa hizo lo que pudo: bastante. Imposible evitar otro triunfo blanco, ya 19-0 desde 1998.